viernes, agosto 31, 2007

Galería de originales XIX: Howard Chaykin

Uno de los platos fuertes del pasado Salón del Comic de Barcelona fue la presencia de ese auténtico monstruo de la historieta que es Howard Chaykin, autor que ya no tiene nada que demostrar y que quizá harto de tener que mantener la imagen de enfant terrible dentro de la industria ha optado en sus últimos trabajos por proyectos en los que solamente se ocupaba del dibujo (Hawkgirl, ) o en los que el nivel del resultado final no se acerca a las cotas de calidad de trabajos pretéritos. La experiencia del encuentro con un autor como él (reflejada en dos entradas de sketch-busters que podéis recordar aquí y aquí) reavivó mi interés por conseguir un original suyo. Y digo reavivar porque llevaba años buscando alguna página que me llamara la atención -y que me pudiera permitir, claro-, pero las que salían a la venta de La Sombra o Black Kiss eran contadísimas y desaparecían volando. Afortunadamente encontré esta página original de American Flagg, la mítica serie que lanzó al estrellato a Chaykin y de la cual no he leído absolutamente nada de nada, a un precio bastante razonable y me lancé a por ella. Ahora que se están recuperando tantas colecciones de los 80 (Jon Sable, Nexus) no estaría mal que alguna editorial editase este material en nuestro país.


miércoles, agosto 29, 2007

La cruzada de los niños: los paraísos perdidos también defraudan

A finales de los 80 se produjo una paradoja muy interesante en el seno de algunas colecciones DC. Una serie de autores, partiendo de unos planteamientos adultos a nivel argumental (construcciones complejas que exigían mayor atención por parte del lector, preponderancia del guión sobre el dibujo) y artístico (dibujo experimental, alternativo, minimalista cercano al comic underground en ocasiones), desarrollaron varias series que inmersas en el Universo DC (Sandman, Hellblazer, Animal Man) poseían unas características completamente peculiares y una idiosincrasia propia que las hacía desarrollar sus historias más o menos al margen de la continuidad "normal".

Con la aparición del sello Vertigo como tal en 1993, la situación se agravó con la dicotomía entre la inmersión de las colecciones del sello en el universo madre (Los libros de la Magia, Dreaming, Orquidea Negra) o la exclusión total y absoluta respecto al mismo, esto es, existiendo en su propio y aislado universo (Fábulas, Transmetropolitan, Predicador). Obviamente, para las segundas no había problema alguno de contextualización o de conexión interna, los sucesos se desarrollaban al margen de cualquier otra exigencia que no fuera la aceptación por parte del editor de las ideas del guionista. Otro cantar es el de las colecciones que actualizaban, revisaban o recreaban personajes que existían dentro de la continuidad DC, ya que había que adaptar el citado tono "adulto" (lo entrecomillo porque en muchas ocasiones se confundió confuso con complejo y adulto con guiños absurdos al lector) a un universo poblado de pijamas, archienemigos y sidequicks.


La primera generación de autores (la que sembró las semillas del sello Vertigo antes de que este existiese) había sabido solventar ese problema con una brillantez y una magistralidad absolutas, consiguiendo que casi dos décadas después esos tebeos sigan funcionando perfectamente, al tiempo que consiguieron cohesionar a esos personajes con el sustrato superior en el que se incluyeron. Matt Wagner dio una lección de contextualización histórica con su Sandman Mistery Theatre haciendo aparecer en la colección a miembros de la JSA, a villanos de la época (de hecho vimos el origen de uno de ellos, La Niebla) o a personajes como Blackhawk, y todo ello a la vez relacionado con el encierro de Morpheo en Gran Bretaña. Neil Gaiman se preocupó muy mucho en los primeros números de Sandman de dejar claro al lector que John Constantine, el Detective Marciano o Mr. Milagro vivían -y soñaban- en el mismo plano de existencia que los Eternos, aunque ya luego las historias de Sueño y los suyos transcurrieran por otros derroteros. Igualmente, en los Libros de la Magia hizo un esfuerzo por zambullir de lleno a Tim Hunter en el rico mundo esotérico que DC podía ofrecer en aquel momento. Alan Moore había hecho lo propio en Swamp Thing introduciendo a la JLA o Batman, y resolviendo además la parte mágica de la Crisis original en la colección de Swampy, siendo de hecho el precursor de todos ellos y el que marcó las lineas maestras de como hacerlo correctamente. Mención aparte merece Grant Morrison, que fue capaz de coger conceptos inmersos en el mundo de los superhéroes y construir con ellos dos etapas experimentales, repletas de ideas imaginativas y poderosas e imborrables para la memoria de los lectores. Nos referimos, claro, a la Patrulla Condenada y Animal Man, series ambas que mostraban claramente su pertenencia a un mundo en el que Superman podía detenerse a saludarte un segundo o la Hermandad del Mal atacarte de improviso.



Lamentablemente esa cohesión interna se fue perdiendo, y parecía que, tras haber establecido una base común para cada cabecera, luego cada una de ellas tirara por su lado y ya no hubiese relación alguna entre los personajes. En un intento de resolver esa incongruencia y de establecer unas nuevas bases partiendo de la creación del nuevo sello Vertigo que agruparía las series adultas de la editorial, surgió este crossover que nos ocupa, La cruzada de los niños (Children’s crusade).



La historia es muy sencilla: en base a la desaparición masiva de todos los niños del pueblecito de Flaxdown, los Muchachos Muertos Detectives (protagonistas del nº 25 de Sandman desarrollado en un internado, excelente cuento de terror victoriano) son contratados por la hermana de uno de esos niños para encontrarle y traerle de vuelta. Paralelamente a las investigaciones de los muchachos, se nos van contando una serie de sucesos relacionados con la desaparición de niños a lo largo de la historia, comenzando por la trágica anécdota histórica que da título a la serie (una cruzada formada únicamente por niños que partió en el siglo XIII para tierra santa pero cuya verdadera finalidad era la trata de esclavos) y revisitando fabulas como la del Flautista de Hamelin.


(Grabado de Doré reflejando la Cruzada de los Niños, a medio camino entre la anécdota histórica y la leyenda.)

La relación entre ambos sucesos viene determinada por los doce niños supervivientes de la Cruzada de los Niños, los cuales desesperados y a punto de morir consiguieron abrir un portal a un mundo de fantasía al que los niños maltratados de diferentes épocas y lugares han conseguido llegar mediante sus juegos desesperados, sus canciones tristes y su dolorosa necesidad de escapar a la realidad circundante. Allí vivirán felices para siempre entre juegos y risas. Pero ese mundo está muriendo, su energía mística está disipándose, y los muchachos originales harán lo que sea necesario para que el País Libre siga existiendo, aunque se trate de atraer mediante engaños y artimañas a los niños con energía mágica más poderosos de la Tierra. Y así es como Rowland y Payne, los detectives muertos, se cruzarán en su investigación con Tim Hunter, el más poderoso aprendiz de mago (cada vez que pienso en la "inspiracion" que este personaje debió ejercer en J. K. Rowland me pongo enfermo); Tefé, elemental hija de Abby y la Cosa del Pantano; Maxine Baker, la hija con poderes animales de Animal Man; Suzy, una Orquidea Negra y Dorothy, miembro de la Patrulla Condenada.


Con guión de Neil Gaiman y arte de Chris Bachalo y Peter Snejbjerg, la historia central se desarrollaba en dos especiales. El primero de ellos planteaba la premisa argumental de la historia, mientras que en el segundo asistíamos a su resolución. En teoría el nudo de la historia debía desarrollarse en los anuales de las colecciones relacionadas, esto es, aquellas series Vertigo que contaban con un niño entre sus protagonistas: Orquidea Negra, Animal Man, Swamp Thing, Patrulla Condenada y Libros de la Magia. Digo en teoría porque la historia va dando tumbos inconexos, se usan algunos elementos comunes (la utilización de canciones infantiles como conjuro, los niños del País Libre) pero de forma errática. Así, los Detectives Muertos que vehiculan el crossover llegan al extremo de aparecer únicamente en una sola página de alguno de los anuales, mientras que en otro de ellos la resolución de su historia se relaciona abruptamente con el País Libre (el caso de la rebelión animal de Maxine y la irrupción del Conejo mágico… ¡en las dos últimas páginas), como si a Jaime Delano la imposición del crossover le hubiese cogido a disgusto. También el resultado artístico es desigual, pues pasamos del dibujo sucio y casi underground de Mark Wheatley en la Doom Patrol al clasicismo de Peter Gross en Books of... o a las rotundidades de Russell Brown en Animal Man. Solo Bachalo y Snejbjerg ofrecen unos resultados hermosos, con espectaculares composiciones de página e interesantes juegos de claros y oscuros al servicio de la trama.

(Contraportada de la edición de Zinco. Qué tiempos....)

Resulta curioso que hace más de diez años ediciones Zinco publicara los dos números troncales del crossover, pues más de uno –yo incluido- lamentó no haber podido leer la historia en su integridad y blablabla. Planeta ha recuperado todo el material editándolo en dos recopilatorios y permitiendo cubrir otra laguna de la edición de material DC en España. Lo cierto es que en este caso he sufrido una decepción bastante importante, pues leer anuales como el de Swamp Thing, Orquidea Negra o la Doom Patrol, totalmente descontextualizados, resulta una tarea ardua y difícil, mientras que las elucubraciones ecologistas de Delano ya me aburren directamente. En suma, una buena edición para un tebeo mediocre que sólo remonta el vuelo cuando Gaiman, todo un maestro, maneja la batuta, y que obtiene sus mejores resultados cuanto más se acerca el resultado final a un tebeo sin alardes rupturistas o modernos. Pero Vertigo siempre fue así, capaz de lo mejor y de lo peor.

martes, agosto 28, 2007

Traspasando fronteras

Me permitirán ustedes un poco de autobombo en esta ocasión, pero realmente me ha hecho ilusión lo que les paso a referir. El pasado julio, y fruto de un repentino impulso me puse en contacto con Bob Layton, autor al que los fieles lectores de este blog recordarán y los que no pueden acceder a todas las entradas a él dedicadas a través de este enlace. El caso es que Bob mantiene en su web una sección en la que reproduce las cartas de los aficionados y se toma la molestia de contestar amablemente a cada una de ellas, algo realmente de agradecer en estos tiempos que corren donde el muro que separa a autores de aficionados es muchas veces infranqueable. No sólo agradece la mención a su obra y la reproducción de algunas -bueno, muchas- de sus commissions sino que además tiene el detalle de colocar la cabecera del blog con su correspondiente enlace, todo un honor para mí.

Por cierto, que dada mi limitación con el inglés, busqué la traducción más aproximada para "Cabeza de Hojalata" fracasando miserablemente en el empeño. Menos mal que Bob estuvo atento y mencionó el verdadero término inglés: "shell-head".

Segundo -y último- por cierto, permanecí ajeno a la publicación de la carta hasta que Pep, siempre atento a la página de uno de sus autores predilectos, me dio el chivatazo. Ah, no dejen de visitar su galería de CAF en la que hay un par de novedades bastante jugosas.





Y el tío tiene toda la razón, oigan. En cualquier idioma, Iron Man MOLA.

lunes, agosto 27, 2007

Lunes, terminando de apurar el estío

Entramos ya en esa semana que marca el final de las vacaciones para gran cantidad de españoles. Vuelta a la normalidad para aquellos que estuviesen aún apurando los últimos días de asueto, y también para aquellos que, como un servidor, se encuentran trabajando rodeado de lugares vacíos que en breve estarán ocupados por sus legítimos poseedores, mis compis de curro (de lo cual me alegro sobre manera, ya saben eso de que es mejor cuantos más pringuen a la vez). Casi sin proponérmelo la pasada semana se convirtió en la semana Crisis Infinita y por extensión en homenaje al personaje más importante que perdía la existencia ficticia en el transcurso de la serie. Ya se sabe que en cada Crisis alguien cercano a Superman debe morir y un cambio trascendental para Flash también es un recurso argumental necesario. Pero de Flash, Wally y Bart ya me tocará hablar en breve, así que no adelantemos acontecimientos. Por cierto que la sección del Baúl de Plissken me está resultando muy grata por varios motivos: la comodidad de recuperar algo ya escrito, el volver a revisar viejos textos, y sobre todo, la actualización de los comments, que a veces te demuestra lo poco que cambian las cosas y a veces lo MUCHO y demasiado RÁPIDO que suceden. Cercano ya el final de agosto creo que todavía recuperaré una critiquilla cinéfaga...


Y aunque esta semana seguiré al pie del cañón con las secciones habituales, tendré un ojo puesto en el lunes que viene, fecha señalada para este blog ya que cumplirá sus dos añitos de existencia. No quiero adelantar acontecimientos, pero tendremos una vuelta a los orígenes temporal muy importante -y pasajera, todo hay que decirlo-. Y si me da de sí el tiempo y la habilidad espero poder darle un lavado de cara al sitio, para afrontar con ilusión y renovación otros... no sé... cien años de Llámame Plissken.





Para ilustrar esa extraña sensación de desajuste e incomodidad que se apodera de un servidor por estas fechas, repletas siempre de novedades y cambios nada mejor que un clásico desde las islas británicas del mejor punk de principios de los años 80. Con ustedes, The Clash.

Should I Stay or Should I Go?
The Clash

Darling you got to let me know
Should I stay or should I go?
If you say that you are mine
I'll be here 'til the end of time
So you got to let me know
Should I stay or should I go?

It's always tease, tease, tease
You're happy when I'm on my knees
One day is fine the next is black
So if you want me off your back
Well come on and let me know
Should I stay or should I go?

Should I stay or should I go now?
Should I stay or should I go now?
If I go there will be trouble
An' if I stay it will be double
So come on and let me know...

This indecision's bugging me
(Indecisión me molesta)
If you don't want me, set me free
(Si no me quieres, líbrame)
Exactly who'm I'm supposed to be
(Dígame qué tengo ser)
Don't you know which clothes even fit me?
(¿Sabes que ropa me queda?)
Come on and let me know
(Venga, que me tienes que decir)
Should I cool it or should I blow?
(¿Me debo ir o quedarme?)

Should I stay or should I go now?
(¿Yo me enfrío o lo soplo?)
Should I stay or should I go now?
(¿Yo me enfrío o lo soplo?)
If I go there will be trouble
(Si me voy va ver peligro)
And if I stay it will be double
(Si me quedo es doble)
So you gotta let me know
(Me tienes que decir)
Should I cool it or should I blow?
(¿Me debo ir o quedarme?)
Should I stay or should I go now?
(¿Yo me enfrío o lo soplo?)
If I go there will be trouble
(Si me voy - va ver peligro)
And if I stay it will be double
(Si me quedo es doble)
So you gotta let me know
(Me tienes que decir)
Should I stay or should I go?


domingo, agosto 26, 2007

Sketch-busters LVI: Mike McKone (I)

Dibujo realizado en las terrazas de Avilés, ahora mismo hace casi un año, obra del autor Mike McKone, excelente profesional capaz de aguantar el tirón de dibujar un título mensual cumpliendo con las fechas de entrega y ofrecer a los aficionados un dibujo limpio y espectacular, narrativamente hablando muy bien estructurado y con una capacidad envidiable a la hora de caracterizar a los diferentes personajes y dotarles de vida propia. Precisamente fue él, junto al guionista Geoff Johns, el encargado de relanzar la serie de los Nuevos Titanes, fusionando en esa colección el esqueleto fundador de Young Justice (Wonder Girl, Robin, Impulso, Superboy) con parte del corazón motor de los Titanes a lo largo de su historia (Cyborg, Starfire, Changelling, Raven). Dinámica, divertida y emocionante la serie aguantó perfectamente el tirón hasta llegar a la Crisis Infinita, momento en que sufriría un cambio quizá demasiado radical para lo que había sido hasta ese momento. Así que tenía claro que, caso de ser posible, un sketch "in memoriam" de Connor sería uno de los objetivos principales de un servidor las pasadas Jornadas del Comic de Avilés. Y afortunadamente se consiguió, así que con este dibujo de Mike McKone se cierra la que sin duda ha acabado siendo la semana en homenaje a Connor Kent, Superboy, personaje que nos acompañó de un modo u otro durante los últimos catorce años y que, por el momento, disfruta el merecido sueño de los personajes caídos en combate, hasta que el guionista de turno y la macrosaga del momento lo resuciten.






sábado, agosto 25, 2007

El baúl de Plissken: El hombre que podía volar

[Ya que esta semana se ha convertido en la "semana Crisis", y de rebote en la "semana homenaje a Superboy", me parece oportuno recuperar esta reseña sobre Identidad Secreta, un primer acercamiento del guionista Kurt Busiek al mito de Superman unos años antes de pasar a ser el escritor regular de una de las series de cabecera del Hombre de Acero. Señalar -ya que no lo mencioné en su momento- que la historia de Identidad secreta se inspira en el Superboy clásico de Tierra Prima -en la que él es el único super-humano- y narra la vida de ese Superboy Prime tal y como habría podido llegar a ser en caso de que las Crisis originales no le hubiesen confinado en el "cielo" de Alex Luthor.

Por cierto, ya en su ecuador, definitivamente All Star Superman está siendo una gozada repleta de imaginación, potentes guiones y rotundos dibujos de Frank Quitely.]





He leído hace poco Identidad Secreta en su edición de Planeta. Escrito por Kurt Busiek e ilustrado por Stuart Immonen, este comic dista mucho de ser una novedad, ya que apareció en junio, pero no me había puesto a ello hasta este fin de semana. Ante una obra de estas características, y aunque sepa que no me va a defraudar en absoluto, siempre tengo ciertas reservas sobre si Busiek logrará el tono justo entre las dos aguas en las que se suele mover más a gusto. Si se centrará en la épica superheroica narrada con prosa melancólico-elegíaca o en el desarrollo de historias partiendo desde el punto de vista de las personas normales que miran con asombro situaciones que normalmente les superan. Dentro de su serie Astro City, la cual releo con gusto bastante a menudo, incluyó una de las historias más emotivas e inteligentes que he podido leer. En tan sólo ocho páginas nos contaba la historia de cómo una de esas crisis infinitas/guerras secretas (con alteraciones de realidad o del continuo espacio-tiempo de por medio) podían llegar a destrozar la vida de un tipo corriente. En Cerca de ti se nos revelaba cómo los superhéroes también provocan daños colaterales con sus acciones. Emotiva, intensa, breve. Una lección de maestría de un gran profesional.

Creo que Identidad Secreta está más cerca de esa historia -y de Astro City en general- que de otros proyectos anteriores de Busiek, como Marvels (donde también se partía del punto de vista de un ser humano sin poderes, pero se apabullaba al lector con un repaso de 20 años de momentazos Marvel) o los Vengadores. Sin desvelar en exceso las sorpresas que la trama nos regala conforme va avanzando, Identidad Secreta es la historia de un chaval de la América profunda, de los pueblos granjeros donde todos se conocen y los muchachotes crecen sanos y fuertes. Pastel de manzana y partidos de fútbol, vamos. En su contra tiene la “desgracia” de llamarse Clark, de haber nacido en Kansas, en el seno de una familia Kent... Esto le convierte en el centro de bromas inocentes (las de su familia) o malintencionadas (las de sus compañeros de instituto) y le crea un cierto problema de indaptación. Hasta que descubre que, en un mundo sin superseres, él, Clark Kent, es un super hombre. El único. En un juego meta-literario, meta-ficticio, un lector de comics adoptará la identidad ficticia con la que le martirizan en su mundo rea, aunque para nosotros sea otro mundo imaginario.

A través de la vida de este Clark nacido en la Tierra y no en Krypton, y digo vida porque la miniserie abarca fácilmente 40 años, vemos cómo con sus nuevos poderes, y siempre con el referente de Superman como ejemplo a seguir (o a no seguir, ojo), Clark Kent afronta retos laborales, relaciones sentimentales, los problemas derivados de su faceta aventurera o superheroica, su evolución familiar... La historia siempre se narra en primera persona; son las impresiones de Clark las que nos guían por el descubrimiento, el asombro, la incertidumbre, la inseguridad, el miedo, la alegría, el amor. Y sorprende lo cercana que suena esa voz. La preocupación por el bienestar de su familia se antepondrá a cualquier otra consideración, sus reflexiones sobre las implicaciones políticas de sus actos suenan lúcidas, verosímiles, certeras.
Hay momentazos Busiek de esos que te dejan con un nudo en la garganta, pero me cuidaré mucho de revelar ninguno para no chafarle a nadie la sensación de emoción, sorpresa o alegría que esta obra puede llegar a proporcionarle. El tono de la obra, además, alterna la alegría de esa edad de oro donde todo aparece nuevo y excitante con una parte central más sombría, no por el protagonista en sí, sino por el mundo y los tiempos que le han tocado vivir, tiempos donde los matices de gris esconden no a villanos coloristas y enajenados, sino intereses políticos al servicio de empresas o gobiernos. Pese a eso, finalmente, la historia deja un regusto dulce, optimista, el de haber leído una obra que con un concepto tan manido es capaz de recuperar ese sense of wonder de lo novedoso y maravilloso recién descubierto.

Además de la sólida historia de Busiek, la magnífica labor de Immonen llega a apabullar casi, con una expresividad muy matizada en los personajes, con viñetas a doble página espectaculares no sólo por la acción que muestran, sino por lo que transmiten como sensación al lector. Hacía tiempo que nada relacionado con el hombre de acero me llenaba de esta forma, casi desde las historias de Moore (curiosamente, la solución que este Clark decide adoptar es similar al Clark de ¿Qué le pasó al hombre del mañana?) Esperemos que Grant Morrison y su All Star Superman mantengan el nivel.

jueves, agosto 23, 2007

Commissionando personalmente X: Wonder Girl/Superboy por Alex Lei

Allá por mayo dedicaba una serie de entradas al entintador Alex Lei, dibujante que suele realizar dibujos por encargo para los aficionados con bastante regularidad y consiguiendo unos resultados artísticos muy satisfactorios. En su momento colgué una commission realizada para otro coleccionista que acabó subastándose en Ebay y que un servidor no dudó en comprar por un precio ridículo, la pintura realizada con aerógrafo de la adorable Felicia Hardy, la Gata Negra. El caso es que no era ese el primer dibujo de Alex que conseguía, ya que unos meses antes, y bastante afectado por los acontecimientos de Crisis Infinita, había comprado este dibujo como forma de homenaje personal hacia un personaje que casi había visto crecer durante más de una década. Una vez más, y para evitar chafar a nadie sorpresas argumentales, me guardé las ganas y esperé a que todos hubiesen leído -o dejado de leer- el destino final de Superboy.

Impulso, Robin, Superboy y Wonder Girl fueron el esqueleto de Young Justice, pero los tres primeros irrumpieron en las respectivas colecciones de sus mentores o predecesores como auténticos terremotos en historias imborrables para los seguidores de DC. Si Tim Drake sacaba a Batman del bache emocional en que había caído tras la muerte de Jason Todd, en la saga Un lugar solitario para morir, Impulso apareció en la vida de Flash en un momento crítico para éste, en el momento álgido de la colección con guión de Waid y dibujos de Wieringo, Pacheco o Jiménez (una decena de números antes de la celebración por todo lo alto del número 100 de la colección). Superboy aparecía por primera vez como un clon adolescente de Superman (en la mítica saga El reinado de los Superhombres), un chaval audaz, alocado y con las hormonas disparadas que buscaba desesperadamente reconocimiento y aventuras. Fue primero Peter David en Young Justice (donde forjarían una amistad entre ellos a prueba de bombas) y luego Geoff Johns en Nuevos Titanes los culpables de lograr lo imposible: que unos personajes de papel evolucionasen, creciesen y madurasen ante la mirada de un lector que fue testigo de muchos de los dramáticos cambios experimentados por ellos durante más de tres lustros. Otro paso más en la madurez concreta de Superboy como personaje fue su intervención como miembro honorífico en la Legión de Superheroes.

Parece una tontería, porque son simples trazos de tinta sobre el papel, soltando diálogos estereotipados y viviendo un bucle eterno de aventuras al fin y a la postre absurdas, pero el caso es que no quise dejar pasar la ocasión de guardar un rincón de mi colección de originales para Cassie y para Connor Kent, Kon-El, una pareja natural como pocas y trágicamente rota por la intervención de Superboy Primo.

miércoles, agosto 22, 2007

Crisis Infinita: Galería de portadas

Para completar el repaso a Crisis Infinita y como ha venido siendo costumbre en los posts dedicados a sus miniseries previas, extensa galería de portadas que incluye un espectacular mano a mano entre el maestro clásico y monstruo del comic George Perez y el no menos monstruo e igualmente impactante Jim Lee, con una ayudita de Ivan Reis para la emotiva portada del IC: Secret Files & Origins. Una gozada para la vista pero una auténtica pesadilla para los coleccionistas, ya que los comics via Previews llegaron con las portadas al tuntún en lo que suponía una auténtica lotería que ni siquiera grantizaba el tener todas las portadas realizadas por un mismo autor.





































martes, agosto 21, 2007

Crisis Infinita: Nada dura para siempre


Hasta el momento, teníamos una guerra interestelar en marcha, una entidad computerizada activando OMACS durmientes entre la población mundial, un Espectro desencadenado y masacrando toda fuerza mágica que se cruza en su camino y una sociedad secreta de supervillanos dirigida por Lex Luthor enfrentada a otra al servicio de un misterioso personaje.


Las quinielas del origen de la nueva crisis se hicieron entre esas cuatro posibilidades, por lo que el comienzo de Crisis Infinita pilló a muchos a contrapié. Enlazando directamente con la conclusión de Crisis en Tierras Infinitas, somos testigos de cómo Alexander Luthor, Superboy Primo, Lois Lanes y Superman han sobrevivido todos estos años en el universo de bolsillo al que el portal de Luthor les transportara tras acabar con el Anti-Monitor. A través de unos cristales han seguido los sucesos acontecidos en la nueva Tierra desde entonces, y esto no ha hecho más que causarles una profunda desazón y amargura. El sacrificio de tantos mundos y héroes ha acabado degenerando en una realidad deprimente y dura en la que los héroes muchas veces se confunden por sus actos con los villanos y en la que las versiones existentes de Superman, Wonder Woman o Batman palidecen en comparación con sus antecesores de Tierra-2. Finalmente, y ante el deterioro de la situación hasta límites ya insostenibles, Superman decide intervenir impulsado por el deterioro manifiesto de la salud de su esposa, Lois, los ruegos de Superboy y las sutiles pero firmes sugerencias de Alex Luthor. Así, de aquellas Crisis nace una nueva amenaza que pondrá al Universo DC, una vez más, al filo de la extinción.



La repentina aparición de estos héroes hará que aquellos que se cruzan en su camino experimenten diferentes sensaciones: desde el recelo que despierta el exceso de entusiasmo de Superboy Primo, a la desconfianza provocada por las actividades encubiertas de Alex o la alegría sin límite que Power Girl siente al conocer de nuevo por primera vez a su primo en otra vida, en otro universo. Mientras tanto, los héroes de la Tierra están desbordados claramente por los acontecimientos y han de afrontar las diferentes crisis de forma separada. Así Batman, Sasha Bordeaux, la JSA, Booster Gold, John Stewart y el nuevo Blue Beetle harán todo lo posible por acabar con la amanaza del Hermano Ojo y sus OMAC, que están provocando una auténtica masacre en Isla Paraíso. El Shadow Pact junto al Capitán Marvel intenta frenar a toda costa al Espectro ayudados por la plana mayor de magos en activo (Fate, Phantom Stranger, Zatanna), mientras que un equipo organizado por Donna Troy y formado por Supergirl, Metamorpho, Starfire, Alan Scott, Jade o Animal Man entre otros acude al auxilio de los Halcones y de Adam Strange, impotentes ante una brecha estelar que amenaza con desplazar el centro del universo. Por su parte, la Sociedad de Villanos comienza a mostrar sus cartas, que no son otras que la de capturar a una serie concreta de héroes y villanos para impulsar con su energía un misterioso artefacto.



Las piezas van encajando poco a poco en el tapiz de la Crisis Infinita hasta que llega el momento en que se destapan las cartas y todo salta por los aires cuando Alex Luthor se desvela como el cerebro que ha habido tras todos los acontecimientos que han llevado hasta esa situación: manipuló a Superboy Primo para que rompiese la barrera interdimensional y alterara el equilibrio gravitatorio de varios planetas para alterar la estructura misma del universo; adoptó la identidad de Lex Luthor -desparecido en combate pero organizador en la sombra de los Seis Secretos- para organizar una Sociedad que le ayudase a cumplir con sus fines; alteró la programación del Hermano Ojo dirigiéndolo contra su creador y contra la comunidad superheróica en general y alentó la guerra mágica del Espectro con el fin de poder manipular la energía mágica residual y emplearla igualmente para impulsar el artefacto construido con el cadáver del Anti-Monitor. Con Superman enfrentado a su confusa contrapartida de Tierra 2, la plana mayor de los Titanes y los Outsiders intentando contener a un Superboy Primo cuya furia y rabia adquieren proporciones casi míticas y el resto de héroes apenas sobreviviendo en sus respectivas empresas, Alex finalmente conseguirá cumplir su propósito de separar lo uno en lo infinito, aunque el nuevo multiverso tendrá una estabilidad sumamente frágil. Cómo nuestros héroes consiguen salir triunfantes de tamaño berenjenal es algo que merece ser leído y disfrutado, así que a esta altura ya me ahorro más spoilers inútiles (ya que si iban a leer CI ya lo habrán hecho, y si no, es que no les interesa lo suficiente como para que los spoilers les revienten la historia).


Personalmente fue uno de los tebeos que más disfruté en el 2006, repleto de momentos dramáticos (Chemo vs Bludhaven, Los Freedom Fighters), épicos (las confrontaciones de los Flash o de Superbpoy contra Superboy Primo) o románticos -en el sentido que le da el DRAE, momentos que ensalzan el sentimiento y la generosidad- como esa declaración de amistad entre Superboy o Nightwing antes de la batalla final o el profundo pesar que inunda a Cassie y a Tim ante el destino final de su amigo. El guión de Geoff Johns da todo lo que promete con creces, y no se puede negar que el tío conoce el Universo DC tan bien como el salón de su casa: los personajes actúan de acuerdo con sus motivaciones y éstas son muy bien explicadas en los dos casos más difíciles de creer, en los de Alexander Luthor y Superboy Primo, auténticos villanos desatados de la función. Por su parte el dibujo tuvo que ser completado entre varios autores, ayudando a un Phil Jimenez superado por las fechas de entrega. Eso sí, cuando los dibujantes que echan un pincel son Jerry Ordway, Ivan Reis o George Perez un servidor no tiene otra más que callarse y disfrutar del espectacular conjunto que en unos años gozará de su correspondiente edición Absolute.

Y hablando de ediciones, creo que Planeta ha elegido una opción bastante acertada -aunque quizá no la mejor- para traer de la forma más rápida y asequible posible esta colección a nuestras librerías habituales: cuatro números triples incluyendo los especiales relacionados con la saga (a los que dedicaré post aparte) y el Orígenes Secretos con guión de Wolfman -donde definitivamente se establecía la relación entre unas Crisis y otras- a modo de epílogo de esta historia bigger than EVERYTHING que demuestra una vez más la complejidad y riqueza de un universo que no tiene nada que envidiar a cualquier otro.

lunes, agosto 20, 2007

Lunes, después de todo

Primer lunes de plena reincorporación al maravilloso mundo del trabajo, y debo decir que lo peor ya lo pasé la semana pasada, cuando empecé a trabajar un día después de las fiestas grandes de Elche, fiestas que como cada año terminan con un servidor en deplorable estado y emulando a delfines ebrios por las calles ilicitanas. Como puede comprobarse fácilmente, el ritmo de posteo de la semana pasada fue, cuando menos errático, y claramente de menos (la tristeza de la pérdida de Wieringo sumada a la ordalía caótica de las fiestas me impidieron actualizar en la medida en que a mí me hubiese gustado) a más (inaugurando la prometida sección estival El baúl de los recuerdos con una propina extra a modo de actualización/complemento). Esta semana en la que la rutina más tenaz vuelve a apropiarse de casi todos los aspectos de mi vida espero ya recuperar el ritmillo habitual y deleitarles con una critiquilla comiquera con spoiler de los gordos (aunque ya debieran saberla, pues aquí estoy completamente en las antípodas de las exclusivas), un sketch-busters relacionado y espero que un commissionando que les incite a ponerse en contacto con el dibujante de turno para conseguir su dibujo personal e intransferible.

Hasta aquí, como siempre el avance habitual de contenidos que esta semana se ve rubricado por la canción que, caso de no haberme sentido una piltrafa el lunes pasado, debiera haber complementado mi post homenaje al final de la tercera temporada de Galáctica. Recurro a la canónica versión de Dylan del All Along The Watchtower, aunque no son nada desdeñables las versiones de Hendrix y la aderezada con sonidos orientales de Bear McReady incluida en la OST de la serie de televisión. Por cierto, que finalizado el periodo vacacional el montón de tebeos ha disminuido sólo un poco, y los originales siguen en su destierro desordenados y sin concierto. No caigan ustedes en el mismo caos que rige mi existencia y vuelvan a visitar esta su casa virtual cuando gusten. Y recuerden, una semana más: Vayan por ellos antes de que ellos vayan a por ustedes.


All Along The Watchtower
Bob Dylan


There must be some kind of way out of here
Said the joker to the thief
Theres too much confusion
I cant get no relief
Businessman they drink my wine
Plow men dig my earth
None will level on the line
Nobody of it is worth
Hey hey


No reason to get excited
The thief he kindly spoke
There are many here among us
Who feel that life is but a joke but uh
But you and I weve been through that
And this is not our fate
So let us not talk falsely now
The hours getting late


Hey
Hey


All along the watchtower
Princes kept the view
While all the women came and went
Bare-foot servants to, but huh
Outside in the cold distance
A wild cat did growl
Two riders were approachin
And the wind began to howl
Hey


Oh
All along the watchtower
Hear you sing around the watch
Gotta beware gotta beware I will
Yeah
Ooh baby
All along the watchtower

domingo, agosto 19, 2007

Hot Fuzz: Si no puedes esperar a ver Arma Fatal

El oficial de policía londinense Nicholas Angel (Simon Pegg) es uno de los más eficaces efectivos con que cuentan las fuerzas del orden. Primero de su promoción, dotado de grandes aptitudes en el manejo de armas, lucha cuerpo a cuerpo y conducción de toda clase de vehículos, la trayectoria de Angel en el cuerpo es una continua sucesión de menciones honoríficas y arrestos espectaculares. Lamentablemente para él, esto ha provocado entre sus compañeros la más profunda de las antipatías y una envidia malsana ante el hecho de que las inmejorables estadísticas de Nicholas dejan al resto de oficiales de policía a la altura del betún. Sus superiores directos (Martin Freeman, Steve Coogan y Bill Nighy) deciden enviarle a un nuevo destino en el que las aptitudes de Angel no les molesten en absoluto, el pueblecito de la campiña inglesa más pacífico y con menor tasa de criminalidad de Gran Bretaña.



La localidad de Sandford será el bucólico destierro en el que Nick Angel pasará a estar destinado. Allí conocerá a toda una serie de excéntricos personajes, entre los que destacarían el jefe de policía (Jim Broadbent) y su hijo Danny (Nick Frost), Skinner (Timothy Dalton), el párroco (George Freeman) o el detective de policía Andy (Paddy Considine). Las funciones de Angel en Sandford consistirán en evitar pequeños hurtos, dar charlas en la escuela local sobre el cumplimiento de la ley, capturar cisnes huidos y no volverse loco ante las continuas muestras de admiración y acercamiento por parte de su compañero Danny, un admirador irredento de las películas de acción para el que las dos obras maestras absolutas del género son Le llaman Bodhi y Dos policías rebeldes II.



Lamentablemente para la tranquilidad de Sandford una serie de extraños accidentes comienzan a segar las vidas de varios destacados vecinos, y sólo Nick Angel verá tras ellos una orquestada campaña de asesinatos tras los que podrían esconderse oscuros intereses ocultos. Entre la incredulidad con la que Danny le seguirá, las burlas de sus compañeros de trabajo y las reticencias con que los vecinos observarán sus pesquisas, Nick Angel descubrirá la horrible verdad tras los asesinatos, desencadenando un auténtico festival de tiroteos, explosiones y persecuciones en la que los Hot Fuzz (policías calientes) protagonistas deberán dar lo mejor de sí para solventar la situación.



Estamos ante una nueva comedia perpetrada por los sospechosos habituales que ya nos ofrecieron en su momento Spaced (de ahí la recuperación del post de ayer) o Shaun of the dead. Edgar Wright dirige y coescribe junto a Simon Pegg el film que éste coprotagoniza junto a Nick Frost, con un puñado de cameos de actores ya aparecidos en Spaced o Shaun of the dead. Es una película rodada por amigos, y para los fieles seguidores de esta banda, capaz de entresacar lo mejor y lo peor de un género concreto y orquestar una película paródica, repleta de momentos cómicos, pero que a la vez se toma en serio el género homenajeado lejos de caer en bufonadas ridículas a las que el cine yanqui o el español son tan aficionados. Así, y entre excelentes momentos de fino humor brittish rodado con el habitual estilo ágil y de montaje frenético de Edgar Wright, hay homenajes evidentes al cine de John Woo, Michael Bay, Kathryn Bigelow o Richard Donner, a las buddy movies de los ochenta y a las ensaladas de tiros a cámara lenta de los noventa.




Todo un festival para freaks sin prejuicios (marca de la casa del trío Wright-Pegg-Frost) que se estrenó en cines británicos el 16 de febrero y que aquí se estrenará el… ¡28 de septiembre! Un servidor suele tener paciencia para estas cosas, y buena muestra es que ya avancé el trailer en esta entrada de diciembre del año pasado cuando la fecha del estreno español ya era un tardío 27 de abril. Cuando una productora atrasa de esta forma un estreno, en tiempos en que la edición especial con dos discos ya lleva meses disponible en tiendas on-line británicas y circulando en esos mundos virtuales de las copias de seguridad compartidas, podemos estar hablando de suicidio comercial de una película honesta, divertida y espectacular a partes iguales que vista –y revista- no hace sino recordarme al capítulo de Spaced en que los protagonistas simulaban tiroteos mímicos entre ellos.



Si pueden esperar hasta finales de septiembre no duden en disfrutar de Arma Fatal (sigh, a vueltas una vez más con las OCURRENTES y OPORTUNAS traducciones de los títulos originales. A modo de anécdota decir que a Pegg y compañía les debió hacer tanta gracia el cambio de título de Shaun of the dead que incluyeron en Hot Fuzz la copia en dvd de Zombis Party, título por el que aquí conocimos el homenaje a las pelis de zombis de estos, no me canso de repetirlo, frikis como nosotros).

sábado, agosto 18, 2007

El baúl de Plissken: Spaced, frikis como nosotros

[Amenacé con una recuperación de entradas añejas, que inauguro con esta sincera y sentida recomendación de una serie que vuelta a ver un par de veces no ha perdido un ápice de frescura, autenticidad y sobre todo diversión. La oportunidad de la recuperación, como siempre, en breve en este su blog amigo.]
El año pasado se estrenó en España Zombis Party, título magistralmente adaptado al ingles del original “Shaun of the dead”, que hacía la doble referencia al protagonista del film –Shaun- y al tiempo homenajeaba al clásico de terror de George A. Romero Night/Dawn/Day of the dead. La peli era una parodia muy inteligente sobre el género de zombis que al final acababa metiéndose en un follón clautrofóbico-cómico-gore del que no sabía muy bien cómo salir. Los protagonistas, un par de inadaptados que pasan el día jugando a la Playstation y la noche en un pub bebiendo cerveza se encuentran en un fregado zombi de la noche a la mañana. Todo el film estaba plagado de referencias frikis, ya fueran musicales, cinematográficas o comiqueras. [Por cierto, que al maestro Romero le gustó tanto que ofreció cameos como zombi a los protagonistas en su recién estrenada Land of the dead.] Me dejó una agradabilísima sensación, así que decidí apuntarme a Simon Pegg y Nick Frost como actores a seguir en futuras comedietas. Me equivocaba de tiempo en el que buscar, desde luego.

A principios de veranillo invité a unos colegas a comer. Tarde de domingo resacosa, con ese calor húmedo de mediados de julio que invita a poco. Uno de ellos trajo unos cuantos dvds para ver, la mayoría comedia. Tras descubrirme La hora chanante –sí, no la conocía, lo reconozco, no tengo tele de pago, snif­- me dijo: ¿Te acuerdas de Zombis party? Si te gustó, vas a flipar con esto...
Vaya si me gustó. “Spaced”. Serie británica de 1999. Dos temporadas. 14 capítulos. Mismo director, mismos protas. Diez veces mejor que Shaun of the dead. Sin bajones. Dejad que me explique.

Daisy Steiner (Jessica Stevenson) es una periodista en paro que acaba de ser abandonada por su pareja. Su mejor amiga es Twist (Katy Carmichael), una rubia que vive para sus fiestas y que trabaja en el mundo de la moda (véase lavandería). Tim Bisley (Simon Pegg), al cual su novia también le acaba de abandonar, es un dibujante de comics frustrado –vio rechazada su obra por una editorial- y trabaja en una librería vendiendo aquello que le gustaría realizar. Su mejor amigo, Mike Watt (Nick Frost) es un apasionado de lo militar que vive con su madre a sus taitantos y no tiene otra cosa mejor que hacer que meter a Tim en follones y en rememorar cómo fue expulsado del ejército por robar un tanque e intentar... conquistar París, pero se desvió de su objetivo y fue arrestado en EuroDisney, concretamente en la Space Mountain.
Daisy y Tim coinciden en un café y comparten sus penas. Además de haber perdido a sus respectivas parejas, no encuentran piso en alquiler que sea asequible. Un anuncio “sólo para parejas” les hará hacerse pasar por una para lograr el alquiler a buen precio de un apartamento de dos habitaciones. En su nuevo hogar se nos presenta a Marsha (Julie Deakin), la casera cuarentona, divorciada y aficionada al tinto que pelea continuamente con su hija –de la cual sólo se verán las piernas a lo largo de toda la serie- y Brian (Mark Heap), el artista conceptual y maldito del primer piso, que trabaja con materiales como “furia, miedo, dolor, agresión” para elaborar osadas obras de arte.

A ellos se les sumarán unos cuantos secundarios recurrentes: Tyres, el repartidor amante de las discos y amigo de Tim y Mike que conducirá a todos ellos a un viaje alucinante al fondo de la movida londinense; los compañeros militares de Mike, dedicados a construir robots para destrozarlos en luchas de idem; Duane, el tipo que le “robó” la novia a Tim y con el que se cruzarán en varias ocasiones; Bilbo, el dueño de la librería especializada donde Tim trabaja...
Con un elenco de personajes tan excéntrico como variopinto las situaciones cómicas se suceden en un festival de alegría, camaradería y optimismo. Vista en su totalidad la sensación que deja es la de haber compartido un rato con unos amigos a los que hacía tiempo que no veías y a los que, cuando vuelvas a ver dentro de un tiempo, te encantará saludar y recordar esos “viejos tiempos”.
La fiesta de inauguración del piso, la noche de marcha con Tyres, la exposición de Brian en una galería de arte, el asalto al laboratorio que experimenta con animales, la maratón de un día seguido jugando al Resident Evil 2, las peleas y reconciliaciones... A lo largo de las siete horitas que esta panda nos regala vivimos la evolución de sus personajes, vemos cómo establecen fuertes lazos entre ellos, que trascienden la amistad para convertirse en hermandad. No es eso exactamente, pero creo que por ahí van los tiros. Una de las frases que me marcó de Spaced es la siguiente: Dicen que la familia del siglo XXI estará compuesta por los amigos, no por los parientes.

Y además, la serie es friki. Muy friki. No en el sentido “vamos a ser frikis porque está de moda” o “vamos a colarles a estos inadaptados un producto que comprar”. La series está hecha por gente que ha mamado la culturilla popular de los últimos 30 años y que la ha disfrutado. Las referencias en la serie son tantas que es difícil pillarlas todas, pero hay referencias/homenajes a: Star Wars, Star Trek, Babylon 5, Buffy, Matrix, Robert E. Howard, la saga de Posesión Infernal, los videojuegos Resident Evil o Tekken, El sexto sentido, La profecía, Scooby Doo, El equipo A... Uno de esos guiños es el hacer que el actor que encarna a Duane –digamos, el “archienemigo” de Tim- es encarnado por el actor que puso la voz a Darth Maul en La amenaza fantasma... ¡¡ y habla casi igual en la serie!!

La vimos casi de tirón, y estoy resistiendo la tentación de volverla a ver. Quiero dejarla reposar un tiempo, como un buen vino, y volverla a disfrutar. Y reírme con Tim y Daisy y Mike y Brian y Twist y Marsha y Tyres... Con ellos, no de ellos, porque pocas veces he visto tratar con tanto cariño al mundillo de los fans del comic, del cine de serie b y de los videojuegos. Tic tac, tic tac... ¡Ya queda un poco menos!

viernes, agosto 17, 2007

Galería de originales XVIII: Tom Castillo

Ahora que nos hallamos escandalosamente cerca de una nueva edición de las Jornadas del Comic de Avilés (tanto que ya sería hora de ir haciendo la selección previa con el montón de comics para las sesiones de firmas) no está de más recordar un original adquirido durante las mismas, y a la vez desvelar un pequeño "truco" de coleccionismo de originales.

Comencemos por el original en sí, perteneciente a una colección genérica llamada Toe Tag que debía agrupar diferentes historias de terror realizadas por autores punteros en el género. El encargado de iniciar el experimento no fue otro sino que el padre de la moderna concepción cinematográfica de los zombis, el mismísimo George A. Romero, acompañado en la parte gráfica por Tommy Castillo en los lápices, Rodney Ramos entintando y Bernie Wrightson poniendo su siempre eficaz y pesadillesco arte para ilustrar unas portadas que sin duda son lo mejor del proyecto. Los resultados de Toe Tags featuring George A. Romero no propiciaron una continuación con nuevos arcos argumentales, y lo más destacado de la historia es el apunte de algunas de las ideas que más tarde Romero desarrollaría con mucho más acierto en Land of the Dead. Aún así, y dado que tenía la serie americana, cuando Rodney Ramos llevó varios originales de dicha colección entre las páginas que habitualmente suele traer a las Jornadas -y que son una excelente muestra de su heterogénea y siempre cumplidora carrera como entintador-, no pude resistirme a adquirir para mi colección una de esas páginas repletas de detalle y protagonizadas como no podía ser de otra forma por hambrientas hordas de muertos que caminan.

Y antes de dejarles ya con el arte de Castillo y Ramos, les contaré ese secretillo truco que muchos coleccionistas aplicamos en ciertas ocasiones para adquirir los originales a un precio más asequible. Como parte de la retribución por su trabajo, por contrato, el entintador recibe una cantidad X de originales de cada número que entinta, a modo de complemento. Profesionales del entintado como Art Thibert, Andy Lanning, Jose Marzan Jr., Josef Rubinstein o el propio Ramos ponen a la vente dichos originales a un precio ligeramente inferior al que tendrían esos mismos originales puestos a la venta por el dibujante de la colección. Es una situación algo extraña, ya que el arte debiera valer lo mismo, y no siempre se produce esa diferencia, pero comprar una página directamente al entintador de una colección puede suponer un sustancioso ahorro, beneficioso para el maltrecho bolsillo de muchos coleccionistas.





ESTA PÁGINA ORIGINAL YA NO PERTENECE A MI COLECCIÓN. SE FUE PERO NO SERÁ OLVIDADA.

jueves, agosto 16, 2007

Commissionando XLVII: Mike Wieringo (In memoriam)

La reciente pérdida de Mike Wieringo ha provocado un profundo dolor entre aficionados al comic, profesionales del medio y amigos del artista. Aunque en estos casos se tiende al elogio fácil y a la exageración, las unánimes muestras de cariño y pesar reflejan la pérdida de una gran persona. No se me ocurre una forma mejor de homenajearle que dedicarle aunque sea a título ya testimonial una sección de commissionando en la que dejar una muestra del cariño que ponía en esos trabajos, del respeto hacia los aficionados que acudían a él en busca de un dibujo concreto y del talento que atesoraba uno de los dibujantes más infravalorados de su generación.


A lápiz, o entintado, figuras sencillas o composiciones con varios personajes, cualquiera de sus dibujos respira una naturalidad y una frescura que para sí la quisieran muchos de los artistas hot del momento. Desde las chicas del Universo DC hasta esas ilustraciones de Superman y Krypto que se vendieron por menos de 100 dólares en Ebay los pasados meses y que a buen seguro los especuladores de turno sacarán de nuevo a la venta con ánimo de hinchar precios y aprovecharse de aquellos que quieran atesorar en su colección un dibujo de un artista al que admiraban.















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