lunes, junio 29, 2009

Lunes de santos, ángeles y hombres gato

Como suele ocurrirme bastante últimamente, la realidad me pasa por encima más a menudo de lo que yo quisiera o me gustaría, y así uno hace planes que luego se van al garete por las más peregrinas razones o se cambian sobre la marcha de la forma más peregrina. Y luego, por si eso fuera poco, la suprarrealidad o mundo exterior o como queramos llamarlo sufre meneos y convulsiones que de la noche a la mañana cambian la matriz de nuestro entorno dejándonos con la ardua tarea de acomodarnos a nuevos escenarios, a nuevas situaciones. De nuevo, me refiero a cosas que me afectan sólo tangencialmente, pero que aún así se sienten y se viven de manera especial. Así, el pasado jueves se producía la muerte anunciada de un verdadero ángel, un rostro hermosísimo cuyo peinado marcó una época pese a la fugacidad con que Farrah Fawcett brilló televisivamente hablando. Curiosamente, ¿recuerdan muchos de ustedes a su sustituta Cheryl Ladd en Los ángeles de Charlie? Yo sí, pero sin especial cariño, aunque lo cierto es que mi favorita siempre fue la menos espectacular y modosita Kate Jackson, a la que seguí en otra serie rocambolesca y ochentera, El espantapájaros y la Sra. King.


La abnegada lucha de una mujer valiente por superar una enfermedad mortal nos ofrecía una lección de coraje, pundonor y dignidad inspiradoras para muchas personas que han vivido ese trance en sus carnes o en las de sus seres queridos. Pero el destino, que a veces es una broma cruel y otras es una broma cruel y encima sin gracia, se empeñó en que el fallecimiento de Farrah Fawcett quedara eclipsado por ese acontecimiento histórico y cultural global en que se ha convertido el igualmente triste fallecimiento de Michael Jackson. Todo aquel que haya leído prensa escrita, visto informativos o escuchado la radio este fin de semana habrá sido testigo de un seguimiento sin precedentes, casi histérico en la plasmación de la tragedia de un icono cultural de nuestra época que ejemplifica el concepto de juguete roto en todo su triste y trágico alcance. Michael Jackson, más grande que la vida en su egomaníaca percepción de una realidad que no era la que a él le hubiera gustado vivir ha sido más grande que la muerte y ha visto su figura engrandecida todavía más si cabe a las pocas horas de fallecer. Muerta la persona, recordaremos al compositor, bailarín y cantante en la medida en que muchas de sus composiciones son ya clásicos de nuestro tiempo. Así pues, un recuerdo para el ángel que iluminó por un tiempo demasiado breve las vidas de mucha gente y para el eterno niño que no quiso -o no le dejaron- crecer como él hubiese querido.


La semana pasada cumplí con mi últimamente habitual desaparición de fin de semana, por los motivos más peregrinos y variopintos, dejando una vez más en el tintero una entrada que esta semana espero ya dejar escrita de una vez, junto con otro dibujo de convención y la segunda entrega de commissions dedicada a la labor de Terry Dodson en ese campo. A ver si poniendo un listón medio consigo cumplir con los objetivos o voy a acabar siendo acreeder del premio no-honorífico al más perezoso blogger del año.

La canción de hoy es de cajón, y de una obviedad tal que voy a hacer mutis por el foro y dejarles con ella. Un temazo. Un clásico. Una jodida obra maestra que junta a tantos nombres que hablan por sí mismos que uno no puede más que rendirse ante ella: Landis, Jackson, Baker, Jones, Bernstein, Price...



Yo fui un Hombre-Gato adolescente. Esta curiosidad me ha cogido completamente desprevenido, y es que 26 años después de ver el video por vez primera me entero de que Michael no se convierte en Hombre Lobo

Thriller
Michael Jackson

It's close to midnight and something evil's lurking in the dark
Under the moonlight, you see a sight that almost stops your heart
You try to scream but terror takes the sound before you make it
You start to freeze as horror looks you right between the eyes
You're paralyzed

'Cause this is thriller, thriller night
And no one's gonna save you from the beast about strike
You know it's thriller, thriller night
You're fighting for your life inside a killer, thriller tonight

You hear the door slam and realize there's nowhere left to run
You feel the cold hand and wonder if you'll ever see the sun
You close your eyes and hope that this is just imagination, girl!
But all the while you hear the creature creeping up behind
You're out of time

'Cause this is thriller, thriller night
There ain't no second chance against the thing with forty eyes, girl
Thriller, thriller night
You're fighting for your life inside a killer, thriller tonight

Night creatures calling, the dead start to walk in their masquerade
There's no escaping the jaws of the alien this time
(They're open wide)
This is the end of your life

They're out to get you, there's demons closing in on every side
They will possess you unless you change that number on your dial
Now is the time for you and I to cuddle close together, yeah
All through the night I'll save you from the terror on the screen
I'll make you see

That this is thriller, thriller night
'Cause I can thrill you more than any ghost would ever dare try
Thriller, thriller night
So let me hold you tight and share a
Killer, diller, chiller, thriller here tonight

'Cause this is thriller, thriller night
Girl, I can thrill you more than any ghost would ever dare try
Thriller, thriller night
So let me hold you tight and share a killer, thriller, ow!

(I'm gonna thrill ya tonight)
Darkness falls across the land
The midnight hour is close at hand
Creatures crawl in search of blood
To terrorize y'alls neighborhood

I'm gonna thrill ya tonight, ooh baby
I'm gonna thrill ya tonight, oh darlin'
Thriller night, baby, ooh!

The foulest stench is in the air
The funk of forty thousand years
And grizzly ghouls from every tomb
Are closing in to seal your doom

And though you fight to stay alive
Your body starts to shiver
For no mere mortal can resist
The evil of the thriller

viernes, junio 26, 2009

Commissionando CX: Terry Dodson (I)

Terry Dodson ha sabido labrarse una espectacular carrera como dibujante de comics, partiendo de unos orígenes relativamente humildes en la editorial Malibu para dar el salto a Marvel realizando las miniseries de Tormenta y Pryde y Wisdom. En esas series trabajó con guionistas de la talla de Mike W. Barr y Warren Ellis. Tras una larga estancia en la serie Generación X se convirtió en dibujante regular de la serie Harley Quinn, en la que también permaneció un año, hasta que regresó a la casa de las ideas para ocuparse de una miniserie centrada en la Gata Negra escrita por Kevin Smith, cuyos retrasos a la hora de terminar el guión del ultimo número alargaron en exceso el tiempo de espera para los lectores y minimizaron el impacto de una serie que contaba con un arte excepcional y unos diálogos espléndidos. Tras esto Dodson emprendió una colaboración con Mark Millar que se extendió a la miniserie Trouble y al primer año de la colección Marvel Knights Spiderman, una serie espectacular como pocas. En la actualidad Dodson se alterna con Greg Land como dibujantes regulares de Uncanny X-Men y continúa trabajando en el segundo álbum de la serie Coraline.

Los dibujos que véis recopilados a continuación por orden cronológico -cuando así lo reflejan- suponen un repaso a algunas de sus ilustraciones a lápiz, la mayoría de ellas realizadas en el marco de las diversas convenciones a las que el autor ha asistido en los últimos años. Se aprecia en las primeras una bisoñez que pronto desaparece para jugar con composiciones espectaculares y poses sugerentes que le confirman como uno de los mejores dibujantes de pin-ups de la actualidad, con una especial sensibilidad para reflejar la belleza femenina, algo que los aficionados tienen muy claro y así lo demuestran una y otra vez solicitando al artista dibujos con sus heroínas favoritas.


















miércoles, junio 24, 2009

El Terror: En las planicies heladas de la locura

En mayo de 1845 partía de la costa inglesa una expedición formada por dos buques, el HMS Erebus y el HMS Terror, de gran envergadura y pertrechados con motores de vapor, refuerzos de acero en el casco para favorecer la navegación por el hielo e ingentes cantidades de carbón y conservas. Tamaña dotación fue puesta al servicio de Sir John Franklin, comandante de la expedición, con un único objetivo: hallar el mítico pasaje del Noroeste que conectara a través del Océano Ártico las aguas del Atlántico y del Pacífico. Auxiliando a Sir John en las tareas de mando estaban los capitanes James Fitzjames (Erebus)  y Francis Rawdon Moyra Crozier (Terror). El primero era un seguidor de las ordenanzas al pie de la letra con escasa experiencia en situaciones de extrema necesidad, mientras que Crozier era un resuelto marino con años de experiencia, curtido en la adversidad y con un carácter difícil propio de un irlandés de pura cepa.


La expedición se enfrentó a múltiples dificultades desde el primer momento. Las rutas elegidas por Franklin demostraron no ser las más validas, en tanto en cuanto los buques quedaron atrapados por el hielo y los mensajes para localizar a la expedición que debían ser depositados en puntos seguros no mostraban la verdadera situación de los buques. La comida enlatada ofreció un problema doble: por un lado los contratistas escogidos habían sido los más económicos, y más de la mitad de las conservas estaban completamente podridas o eran de una ínfima calidad. Por otro lado, el plomo de las latas afectaba a su contenido y muchos marineros mostraban signos de envenenamiento por dicha sustancia. La situación de la expedición Franklin era verdaderamente desesperada, la moral de la tropa escasa y la cohesión de su oficialidad mínima.







Franklin, Fitzjames y Crozier en tres retratos de la época

En esa situación, con los buques atrapados en el hielo a unos cientos de metros de distancia, una partida de exploradores se tropieza con un par de esquimales. En la confusión del momento se deja malherido a uno de ellos. El doctor Goodsir, uno de los cirujanos de la expedición hace lo posible por curarlo, pero fracasa. La joven esquimal que le acompaña, Lady Silenciosa, es puesta bajo la protección de uno de los oficiales del Terror y a partir de ese momento se desata el infierno. Una criatura gigantesca y con apariencia de oso polar gigantesco comienza a diezmar en ataques esporádicos a la tripulación de ambos buques, 135 almas que pronto conocen el terror y la desesperación de hallarse en una situación sin salida. Atrapados en el hielo, con víveres escasos, poco combustible, acosados por un enemigo aparentemente invencible, Franklin, Fitzjames y Crozier deberán hacer uso de toda su astucia, valor y resolución para mantener con vida el mayor tiempo posible a sus hombres y hallar una salida, por difícil que parezca, de su prisión helada.



Recreación de los dos buques atrapados en el hielo

La novela de Dan Simmons, El terror, está basada en los hechos reales narrados en los dos primeros párrafos. Haciendo uso de una extensa bibliográfia sobre la celebérrima expedición de Franklin y sobre la exploración de los polos en general, la novela hace gala de una ingente cantidad de información al respecto: composición y funcionamiento de las tripulaciones de los buques, rutinas de alimentación, mantenimiento de las naves y organización interna, rutas y meteorología local, población autóctona y costumbres de los mismos. La información, por abundante, no resulta farragosa en ningún momento, y los apuntes sobre distinciones sociales, rencillas provocadas por el uso o abuso de poder y disputas dentro de la tripulación se complementan con reflexiones sobre distintos aspectos de la vida en el siglo XIX como ciencia, pensamiento, literatura o relaciones sentimentales de diversa índole.




Copia de un dibujo realizado por el oficial Le Vesconte


La estructura del libro tiene una doble división, por un lado temporal y por otro atendiendo al personaje en el que un narrador omnisciente focaliza la acción. Así, en primer lugar, la historia comienza en 1847, con los barcos atrapados en el hielo y la criatura acosando a sus tripulaciones, y alterna los flashbacks con la narración lineal desde ese momento hasta que ambas confluyen y la narración ya no abandona un presente cada vez más terrible y deseperado. Por otro lado, cada capítulo está encabezado por el nombre de unos personajes y la localización espacio temporal del mismo, y un narrador en tercera persona desmenuza sus pensamientos, reflexiones y acciones que nos conducen a través de la acción pero prestando especial atención a ese personaje en cuestión. Franklin, Crozier y Goodsir son los personajes en los que más se focaliza la acción, con la salvedad de que este último mantiene un diario en primera persona que permite reflejar su personalidad y su angustia de un modo más cercano y terrible. Otros personajes con cierto peso en el desarrollo de la trama son el teniente Irving, encargado del cuidado de la esquimal Lady Silenciosa; el patrón de hielo Tom Blanky, protagonista de dos pasajes verdaderamente terribles y patéticos; el odioso y traicionero ayudante de calafatero Cornelius Hickey, cuyas malas artes a la hora de influir en la tripulación conducirán a desastrosos resultados o Harry Peglar, un marinero noble que mantenía una relación con otro mucho mayor que él, excepcionalmente cultivado y que había servido a Darwin en la expedición del Beagle. A través de las vivencias de cada uno de ellos seremos testigos de la narración, con sus tiempos cortos morosamente narrados, sus elipsis temporales dilatadas, sus acontecimientos vertiginosos y sus eventos más terribles y cruentos.




Grabado con una partida de rescate en la tierra del Rey Guillermo

Desconozco por completo la trayectoria previa de Simmons como escritor de tochos de fantasía o ciencia-ficción, pero en concreto este novelón de más de ochocientas páginas me atrajo por una razón muy simple. Me encanta la exploración de los polos y la narración sobre las hazañas de unos hombres cuyo esfuerzo sobrehumano y tesón infinito les ha granjeada un puesto más que merecido en la historia. La minuciosa explicación de cómo se alimentaban, cuántas capas de ropa debían llevar y qué cuidados mantener a temperaturas de varias decenas de grados bajo cero resulta verdaderamente aterradora para los estándares de comodidad de hoy en día. Habiendo leído o visto documentales sobre otras expediciones como la de Scott, Amundsen o Shackleton me llamó la atención la premisa argumental de la novela, y me lancé de cabeza sobre ella. En su narración encontramos desde la minuciosa recreación de una expedición de la marina británica en el siglo XIX, al estilo de Patrick O'Brien, hasta pasajes de horror psicológico que evocan a Poe y una desesperación final casi cósmica que remite a un Lovecraft que ambientó en la Antártida su En las montañas de la locura, sin olvidar la pesimista concepción de la vida y del ser humano propuesta por Hobbes en Leviathan, libro que es citado en varias ocasiones.

Recomiendo la lectura de esta novela con fervor, aunque eso sí, poniendo grandes dosis de ganas y tiempo para adentrarse en una recreación verdaderamente creíble y absorbente de una expedición cuyos misterios sin resolver y enigmas permiten alimentar ficciones tan bien elaboradas y apasionantes como El Terror. Y ya, si me apuran, nada mejor que combatir los asfixiantes calores estivales con una buena dosis de nieve, hielo, escarcha y temperaturas bajo bajo bajo cero.

martes, junio 23, 2009

Sketch-busters CXVI: David Baldeón (I)

El pasado Expocomic nos permitió concocer a David Baldeón, un joven autor español que lleva una dilatada trayectoria en el mundillo del comic. Comenzó hace ya una década trabajando dentro del Universo Fanhunter con los especiales Fanhunter USA (en el que aparece un trasunto bastante apañado de Plissken y cuya portada es homenaje explícito a 1997: Rescate en Nueva York) y Barnacity by Gaslight. David ya apuntaba maneras y se puede decir sin exagerar que ha sido uno de los mejores dibujantes que ha colaborado con Piñol a la hora de expandir y consolidar su peculiar universo. Tras unos años de ausencia Baldeón regresó con  fuerza y publicando en los USA para una de las grandes editoriales, DC, en las series Blue Beettle y Robin. Actualmente el caballero ha comenzado a colaborar con Marvel, en lo que espero sea el comienzo de una larga y fructífera carrera que nos permita disfrutar de su arte. La verdad es que pese a su juventud, lo poco que había visto de él me llamaba poderosamente la atención, y fue otra de nuestras prioridades en el salón de Madrid. Debo decir que afortunadamente tuvimos suerte, ya que la sesión de firmas no nos exigió demasiado tiempo de espera y por si fuera poco, éramos pocos y bien avenidos los que allí estábamos. David se mostraba cortés con todos los aficionados y dibujaba lo que se pusiera a tiro, así que Miss Sparks se lanzó con una de nuestras peticiones habituales, una Catwoman con mascota incorporada. Como no me he quitado de la cabeza todavía a mi personaje gatuno por excelencia y los ecos del Gran Golpe de Selina aún van dando saltos por mi subconsciente, aquí les dejo este sketch que, aunque realizado para Leti ella pidió que fuera dedicado para los dos. Purrrrrrrrrrrrrrrrrrrr...

lunes, junio 22, 2009

Lunes a cara de perrillo

La semana pasada comenzaba tranquila y sosegada, y lo cierto es que nada vaticinaba los disgustos que un servidor se iba a coger por cuenta ajena y sin pretenderlo siquiera. Les cuento someramente, y lo hago aquí por el carácter eminentemente personal de esta entrada lunera, aunque había considerado una entrada camuflada en la Escuela Jedi de Entrenamiento Felino. Al final creo que es mejor exponer el caso tal cual y quitarme de encima el mal sabor de boca. Jueves, servidor se va de viaje de trabajo a un archivo municipal de la provincia en busca de fondos documentales que digitalizar. Conforme salimos de la empresa, sita en la universidad de Alicante, una compañera nos muestra un cachorro de Pomerania que acaba de encontrar en el parking. Ocho y veinticinco de la mañana, perro presumiblemente perdido. Ya en el archivo, y a media mañana, me llega un mensaje multimedia que Miss Sparks, compresiblemente indignada, me manda, de una nota pegada con un alfiler a una bolsa que contenía los juguetes del perro. Les dejo la nota. Once de la mañana, perro abandonado.


Se da parte a seguridad y se va un par de veces al parking en busca del presunto dueño sin resultado. Al final un compañero decide hacerse cargo del perro. La historia se queda ahí. El viernes por la mañana, de pronto, llegan noticias a la empresa de que hay una persona que está llamando por teléfono a todo aquel que conoce diciendo que ha "perdido" a su perro. La historia no concuerda pero en ese momento hay tres posibilidades: que se ha arrepentido de abandonarlo, que ha oído la historia de un pomerania abandonado y decide conseguir uno gratis o que una persona o que alguien a mala fe ha pretendido gastarle una jugarreta. Sólo una de esas opciones no convertiría a la sujeta en una descastada. Seguridad y Recursos Humanos de la empresa saben del perro, pero nadie comunica nada hasta estar seguros de la verdadera identidad de la dueña y de las circunstancias de la pérdida o abandono. Nuevo giro dramático de la historia, el refinitivo. La sujeta afirma que no queremos devolverle el perro y se busca refuerzos que con malos modos e intimidación insta a devolver el animal sin hacer preguntas y aceptando una historia con agujeros del tamaño de Alabama y que hace más aguas que el Titanic. Se nos recuerda que estamos en horario laboral y que debemos mantener la compostura, con lo que se desactiva nuestra indignación por el asunto. Finalmente, el perro regresa a manos de la familia de la dueña que decide hacerse cargo de él a espera de aclarar el asunto. El perro sale de nuestras vidas después de haberse perdido, haber sido abandonado, secuestrado y retenido por nosotros y finalmente devuelto a los que provocaron el problema. Pequeño desahogo a cuenta de una historia menor pero que el viernes me dejó un mal cuerpo importante. Adiós, pequeña Tuvia,  llegaste, brillaste con intensidad y desapareciste con incertidumbre de nuestras aburridas vidas.



Por lo demás, semana la que se avecina propicia para la holganza, la molicie y el atrincheramiento casero, gracias a las Fiestas de San Juan, que nos regalan dos días de asueto impagables que aprovecharemos para hacer NADA de la forma más intensa posible. O algo sí haremos, porque es mi intención dejarles la reseña de un novelón recientemente finiquitado y no me gustaría dejar de reseñar una colección también leíada en su integridad hace poco y de la que finalmente no hablé como era mi intención. La verdad es que con el paso de los años he ido conformando una suerte de Biblioteca Multimedia de Plissken que consulto de cuando en cuando a la hora de revisar o recordar viejas sensaciones y compararlas con las me sugiere un nuevo visionado o lectura de una obra reciente. Lo que sentí en su momento y lo que me sugiere en la actualidad puede ser idéntico o ligeramente diferente, pero nunca está de más comparar la aparición de esos nuevos matices. Y todo ello vendrá acompañado, como toca, de un sketch y de la prometida entrada de commissionandos pospuesta la pasada semana.
Y para empezar la semana un tema suave, tranquilo y relajado, una balada del grupo de pop juvenil Green Day que invita a la reflexión y al adocenamiento. Procuren no quemar nada hasta el miércoles por la noche y sean ustedes buenos. No pierdan, abandonen o secuestren ningún animal, persona o cosa y como siempre, tengan mucho cuidado ahí fuera.




Know your enemy
Green Day

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Violence is an energy
Against the enemy
Violence is an energy

Bringing on the fury
The choir infantry
Revolt against the honor to obey

Overthrow the effigy
The vast majority
Burning down the foreman of control

Silence is the enemy
Against your urgency
So rally up the demons of your soul

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

The insurgency will rise
When the bloods been sacrificed
Don't be blinded by the lies
In your eyes

Violence is an energy
From here to eternity
Violence is an energy
Silence is the enemy
So gimme gimme revolution

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Do you know the enemy?
Do you know your enemy?
Well, gotta know the enemy

Overthrow the effigy
The vast majority
Burning down the foreman of control

Silence is the enemy
Against your urgency
So rally up the demons of your soul

miércoles, junio 17, 2009

Batman Ego: Gran Golpe en el Corazón de las Tinieblas

De un tiempo a esta parte las editoriales de comic han descubierto la política de los autores aplicada al mundo del tebeo como otro reclamo más a la hora de vender series, recopilaciones o novelas gráficas. Los lectores ahora se ven como compradores de una cabecera o de un personaje o como seguidores de un autor concreto, ya sea en su vertiente de guionista, dibujante o autor completo. Reivindicar a estas alturas a autores clásicos como Kirby, Simonson, Steranko o Adams (Neal, se entiende) con volúmenes que recopilan una parte concreta de sus obras resulta algo de justicia para autores que durante años quedaban eclipsados por una política editorial que únicamente buscaba el beneficio rápido sin prestar especial atención a los valores determinados de un tebeo. Pero hay otros autores más recientes cuya obra ha captado la atención del lector más allá del personaje que aborde, y contar con ellos en una cabecera supone un automático incremento de ventas gracias a los seguidores del autor, llámese Mike Allred, Neil Gaiman, Grant Morrison o Tim Sale. El trabajo de éstos suele ser tanto más meritorio cuanta mayor libertad editorial y artística reciban a la hora de abordar un proyecto concreto. En este contexto podemos encontrar la aparición de volúmenes como el que hoy nos ocupa, la recopilación en un sólo volumen de lujo con todas las historias realizadas por el escritor y dibujante Darwin Cooke que tienen como protagonista a Batman, ya sea directa o tangencialmente.


El grueso del volumen se lo reparten dos historias de tono e intención muy diferentes. En Batman: Ego, historia que da nombre a la recopilación, un Batman en los primeros momentos de su carrera resuelve un caso en apariencia normal, como tantos otros a los que se ha enfrentado. Persiguiendo al malhechor del que había obtenido la información necesaria para desbaratar un golpe, comprueba que en lugar de huir intenta suicidarse. Horrorizado evita la tragedia para afrontar un horror aún mayor. Al convertirse en informador involuntario, el destino del criminal y de su familia sólo puede ser tan horrible que, desesperado, acaba con la vida de su mujer y sus hijos e intenta quitarse la suya propia. El ver cara a cara el horror involuntariamente desatado por sus acciones un Bruce Wayne acosado por las dudas recibe una visita cuanto menos peculiar surgida de las profundidades de su mente. La sombra de Batman aparece en la cueva para aclarar con el millonario y filántropo huérfano unas cuantas cosas, desde la naturaleza verdadera de su lucha contra el crimen y el grado de compromiso necesario para llevarla a cabo hasta el nefasto alcance que las acciones emprendidas por ambos pueden tener sobre los criminales, los habitantes de Gotham y la salud mental de Bruce Wayne.


Dejando al margen el arranque inicial nos encontramos con una historia totalmente contenida, con predominio del diálogo y el empleo de términos y símbolos psicológicos -aunque imbricados con suavidad en la narración y con la suficiente sencillez como para que el lector no se pierda en un estudio sobre la esquizofrenia o los transtornos de personalidad múltiple- que permiten a hombre y personaje mantener un diálogo de hombre a mito, de mente a alma que le permitirá seguir con su cruzada contra el crimen o por contra acabará con la misma antes de empezar a ir en serio. Con una planificación en la que prima el negro sobre cualquier otro color, y jugando con un diseño a medio camino entre el expresionismo y el surrealismo, viajamos a lo más profundo de la mente de Wayne/Batman, una experiencia no precisamente cómoda para el lector ni complaciente con el personaje.



La otra gran historia, tanto en extensión como en calidad que recopila el tomo es la novela gráfica El gran golpe de Selina, una gozada para los sentidos y un lujo para los que como un servidor disfrutan de la mezcla de géneros como el noir, el pulp y los héroes disfrazados. Sin demérito del resto del material, se nota un especial mimo de Cooke en cada viñeta, en cada personaje, en cada diálogo. La historia no deja de ser un cliché bien desarrollado. Selina, cansada y arruinada regresa a Gotham a la desesperada en busca de un golpe que la coloque de nuevo en el mapa. Sin poder elegir, será el soplo de Chantal, una mujer con mala suerte y peores compañías, la que le ponga sobre la pista de 24 millones de dólares de la familia Falcone que van a ser empleados para comprar un gran alijo de droga. La necesidad hace extraños aliados y para el golpe Selina recurrirá a Stark, un verdadero tiburón con el que se relacionó años atrás y con el que mantuvo lo que en Facebook vendría a definirse como relación ultracomplicada. Junto a ellos la historia sigue al resto de la banda y al detective Slam Bradley en una trama espesa como un mal café y dura como el cristal de una botella de whisky roto que rinde homenaje a decenas de films y novelas de género negro, desde A quemarropa hasta Ocean's Eleven, pasando por Atraco Perfecto o Un botín de 500.000 dólares.



No me he podido resistir a subir esta ilustración en la que se constata que Darwin Cooke SÍ sabe dibujar a un gato.

Jugando con una estructura dividida en capítulos centrados en cada uno de los personajes, dando voz a los tres principales (Selina, Stark, Bradley) y empleando los flashback para profundizar en la historia a medida que la misma se va desarrollando, las cien páginas de El gran golpe... se leen de un tirón, atrapando con fuerza al lector y jugando con tantas convenciones del género como puede o quiere para crear una joyita muy noir. Desde el profesional duro traicionado por la mujer fatal hasta el perista en el ocaso de su carrera, desde la mujer con ansias de sacar a los suyos del cenagal en que se encuentran a cualquier precio hasta el detective irlandés de buen corazón pero con acero en los puños y alcohol en el corazón. Si a nivel de guión cada diálogo es una delicia y se lee envuelto en volutas de humo de cigarrillo, cada página es un lujo para la vista en cuanto a dibujo se refiere. Ya sea jugando con la velocidad de la persecución en Marruecos o el asalto al tren o las conversaciones a la luz del atardecer en Miami, ya estemos viendo una cruenta pelea o a una bella mujer fingiendo vulnerabilidad para despistar al detective de la historia (una plancha bellísima y llena de resonancias pulp en la que Selina espera sentada en el escritori del detective, que se llama Bradley igual que habría podido llamarse Spade o Marlowe), Cooke pone todo su arte y todo su talento en cada momento. Aunque la inclusión de esta historia en el tomo ha suscitado no pocas quejas entre los lectores resulta una maravilla para todos aquellos que no leyeron esta historia en su momento, además de seguir la edición americana. Personalmente, lo mejor del recopilatorio.


Y para completar el volumen, pues varias historias cortas que incluyen una anécdota narrada con mucha gracia y picardía deliciosamente ilustrada por Tim Sale (Cita con un caballero), una reflexión sobre la percepción que Gotham tiene de su protector no exenta de cierto humor en parte conferido por el caricaturesco dibujo de Bill Wray (El monumento), la rememoración trágica de la muerte de los Wayne reflejada en otro brutal crimen y con presencia estelar de Stark y Jeff (Deja Vu) o una alucinógena batalla con la sensual y desfigurada Madame X en la que el estilo de Cooke es más próximo que nunca al Batman animado y que cuenta con un sencillo pero efectivo guión de Paul Grist (Donde reinan los monstruos). Como comentaba el lunes, son tomos como este o aquel Batman/Grendel o tantos y tantos buenos tebeos del personaje los que demuestran que, cuando un autor tiene talento y voluntad de realizar una buena historia, es más fácil ofrecer al lector un buen tebeo que enriquezca la mitología del personaje que una colección de estampitas deslabazadas sin orden y concierto. 

martes, junio 16, 2009

Galería de portadas: Universo DC Flash 4

Se ha hecho de esperar esta galería de portadas pero al final he podido sacar tiempo de debajo de una piedra al rojo vivo para buscar las portadas pertenecientes al cuarto tomo de la recopilación del Flash de Mark Waid y maquetarlas tan buenamente como Blogger lo permite. La primera parte de las mismas recoge las portadas realizadas por Óscar Jiménez durante su etapa como dibujante regular de la colección, y todas y cada una de ellas resultan de una espectacularidad llamativa, jugando con la velocidad, las lineas de fuga, las composiciones casi imposibles y los ángulos forzados para conseguir una sensación de dinamismo y de movimiento dignas de la cabecera. El crossover con Impulso permite disfrutar de dos portadas de Humberto Ramos, que pasa del motivo humorístico de la primera al frenesí de la segunda, portada que ilustra además un número especialmente dramático en el transcurso de la saga Dead Heat. Tras una sencilla pero vistosa portada del excepcional Steve Lightle regresa el grande y nunca olvidado Mike Wieringo, con su estilo característico, y dotando a las cubiertas de una velocidad y de una espectacularidad brutales. Un poco de todo para terminar de disfrutar un tebeo bien hecho que aquí no pudimos leer en su momento y que gracias a esta edición ha podido llegar a cientos de lectores que no habíamos podido completar la lectura de la serie. A partir del próximo tomo ya será todo terra ficticia incógnita para un servidor. A ver qué nos depara su lectura.






































lunes, junio 15, 2009

La logística de cada lunes

Hoy ha sido uno de esos días de trastorno, de cambios repentinos dentro del ámbito laboral que, aunque debidos a algo bueno -nada de reajustes ni despidos- provocan la necesidad de reacomodar los hábitos rutinarios seguidos durante años. Cuando a uno le dan tiempo para gestionar esos cambios, no hay problema alguno, pero cuando suceden no ya de la noche a la mañana, sino de nueve a nueve y cuarto, pues momentaneamente todo se descoloca y hay que pararse un momento a considerar la nueva situación. Todo este rollo para justificar una entrada de lunes algo tardía y que abre una semana esperemos que algo más tranquila en comparación con la anterior, otro de esos locurones de semana a los que sólo le faltaba este calorcito tan insano y asfixiante para convertirse de agotadoras en directamente extenuantes. El vaivén de entradas algo errático y algún que otro cambio de última hora ha relegado la galería de portadas de Flash a esta semana, a la que espero poder acompañar de otro original, una galería de commissions y la reseña de Batman: Ego, o de cómo quitarnos el regusto amargo del Batman y Robin All Truño con un tebeo dignísimo que sabe explotar las posibilidades del personaje y de su universo al máximo.

La canción de hoy está dedicada a Bruce, Jaime y Pep, tres sospechosos habituales de la blogosfera, con los que tuve la suerte y el placer de compartir unas cervezas y unos zeppelines tóxicos en uno de esos bares de pueblo típicos de cada ciudad en los que la cantidad de roña y de aceite empleado en elaborar la comida resulta inversamente proporcional a lo sabroso y adictivo que resulta comer allí. Esperemos que primera pero no última quedada de una cédula bloguera mediterránea a la que en futuras ocasiones espero se puedan sumar otros ilustres amigos virtuales como Fran Constantine u Osukaru. Pues nada, señores, respiren hondo y atesoren hasta el último gramo de energía que despide este tema para aguantar los próximos días. Nos espera un largo y cálido verano...



Need some air
Urge Overkill

You have the right to be righted
and a right to be wrong
just like a song Sly sang
there's a riot goin on
what's that to do with me
the shit ain't on TV
guess the revolution missed me
need some air
don'tcha pass out
in a crowd
need some air
don't wanna hang out
with your crowd
I'm choking on the silence and I wanna scream out
scream out loud
need some air
Dozed to New York City and I musta been gone
stuck in a rerun house, watchin Japanese porn
said I needed some air
got up outta my chair
the sidewalk up and hit me
wont ya turn me on
now all my teeth are gone
people closin' in like a riot
so give my world a spin come on and try it
Belleview woke me from a nightmare
somebody up there really likes me
stitches in my head
the revolution is dead
dead, ya said
need some air
I passed out
in a crowd
I need some air
don't wanna hang out
with your crowd
I'm choking on the silence and I wanna scream out
hey, scream out loud
I need some air
I heard you scream out HEY
scream out loud
Need Some Air

sábado, junio 13, 2009

Sketch-busters CXV: Eduardo Alpuente

Esta semana se celebraba el 75 cumpleaños de uno del pato animado más famoso de todos los tiempos -con permiso de Lucas-, Donald. El caso es que he encontrado este prehistórico sketch logrado en el Salón de Barcelona del año 2000. Ya he comentado varias veces que aquella fue nuestra primera experiencia salonera, una auténtica pérdida de la virginidad en la que íbamos como cándidos pardillos con los ojos abiertos como platos deambulando por las abarrotadas calles de stands de la Estació de França. Ni planificación, ni autores hot, ni colas, ni listas, ni speechs para camelar a los artistas, ni hostias. Dos jóvenes de provincias con un bloc de dibujo del todo a cien bajo el brazo que aspiraban a conocer a uno de sus autores preferidos y que se encontraron de propina con dos jóvenes dibujantes españoles, uno en lo más alto de su carrera y otro dando sus primeros pasos en el mercado internacional. Puede que no consiguiéramos muchos dibujos, ni que los nombres fueran especialmente deslumbrantes, pero creo que fue el único salón del que disfrutamos cada segundo. El dibujo de hoy, en concreto, pertenece al artista Eduardo Alpuente, por aquel entonces entintador de Óscar Jiménez en Contest of Champions y futuro representante de artistas. Con una sonrisa siempre en el rostro y algo que sólo puede definirse como campechanería Eduardo firmaba y dibujaba lo que le pedían, desde una Bruja Escarlata hasta el sempiterno Son Goku de la muchachada despistada. Sabiendo que Alpuente había trabajado para la Disney realizando diseños y dibujos publicitarios, pues nos pareció divertido pedirle algún personaje de la compañía. Y hoy, nueve años después, un dibujo realizado en una hoja ya un tanto amarillenta con la mejor intención y conservado como oro en paño sirve de humilde recordatorio de cómo un garabato puede llenar de alegría y de ilusión a varias generaciones sin despeinarse.


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