martes, marzo 30, 2010

Unicomic 2010: Crónica parcial

La semana pasada ya dejé buena cuenta aquí del arranque y el programa del Unicomic de este año. Además, ya comenté ayer que este año sólo pudimos asistir a las actividades del jueves y el sábado, y más concretamente al encuentro con los autores Enrique Alcatena, David López y Peter Milligan -los dos primeros dibujantes, el segundo guionista-. A la tradición de Unicomic no le faltó de nada: las mismas caras conocidas de todos los años, el entusiasmo del público, la ausencia a última hora de uno de los autores invitados...


Por lo que se refiere a las charlas, decir que este año han resultado muy interesantes y amenas, algo a lo que ha ayudado en gran manera que dos de los invitados fueran de habla hispana, lo que siempre facilita la fluidez de la charla y la agilidad de la misma. Alcatena centró su conferencia en sus comienzos en la historieta argentina, en su salto a los USA durante los años 90 y las peculiaridades del mercado americano y en su última etapa como dibujante para la revista antológica Scorpio, que comenzó a publicarse en Argentina pero que tras la debacle económica del país cerró, manteniéndose con envidiable salud su filial italiana, que es donde actualmente publica Enrique sus trabajos repletos de ilustraciones barrocas y extremadamente detalladas pobladas de seres fantásticos y escenarios surrealistas. Una improvisada sesión de firmas en un bar cercano (à la Avilés) para no entorpecer la charla posterior cerró la jornada del jueves.



El sábado contaba con sesión doble. Para abrir el fuego, un entregado David López con un discurso extraordinariamente lúcido sobre la industria nacional, el mercado norteamericano y sus mecanismos internos a la hora de contratar y mantener a sus artistas, y ofreciendo un más que ameno repaso a su trayectoria artística, en la que no podían faltar Espiral -su trabajo de presentación-, Ángel Caído -su confirmación como un dibujante cumplidor y competente- y Catwoman -uno de sus trabajos más personales y de mayor calidad hasta el momento. Huelga recordar la devoción que siento por uno de los tipos más simpáticos que trabajan en el mundo de la historieta en la actualidad, y poder saludarle en la breve sesión de firmas posterior a la charla fue todo un placer. Por motivos de tiempo se dejó para última hora la habitual ronda de dibujos.


El plato fuerte de la tarde era la conferencia de Peter Milligan, uno de los guionistas más personales, versátiles y profundos que ha parido Gran Bretaña y que lleva exportando pesadillas, malos rollos y potentes historias al mercado norteamericano desde hace dos décadas, ya sea en su vertiente más óscura o adulta dentro del sello Vertigo o coqueteando con los tebeos más populares y accesibles a toda clase de públicos. Un repaso exhaustivo a la carrera de un autor que adoro, bien documentado y acompañado de un material gráfico adecuado que fue conducido con maestría por nuestro buen amigo Fran Constantine. La charla se alargó quizá un poco más de lo debido, teniendo en cuenta que es -desde el sábado- la más larga celebrada en Unicomic en sus doce años de existencia, y quizá en su tramo final se nos hizo ya un poco pesada, teniendo en cuenta sobre todo que teníamos la obligación de coger el último tren de vuelta. La premura de esa situación nos hizo perdernos la sesión de firmas con Milligan y López, que además por motivos de horario debió prepararse fuera del lugar de las conferencias.


No hubiese estado mal fragmentar las actividades, como así sucedió en la tarde del jueves, o ajustar un poco mejor los horarios para adecuarlos a lo que han sido hasta este mismo año la norma habitual de las jornadas. En cualquier caso, un fin de semana en el que hemos podido escuchar de primera mano y de boca de algunos de nuestros autores favoritos la forma en que funciona la industria, las influencias o gustos de cada autor y los mecanismos artísticos existentes detrás de muchas de sus obras. A mí personalmente me dejó tan buen sabor de boca el asunto que ayer mismo releí una de las obras más difíciles de Milligan, The extremist, para recordar todo lo mal que me hizo sentir en su momento un tebeo arriesgado formal y temáticamente. El poder saludar fugazmente a viejos amigos y conocidos resultó la guinda del pastel, y por allí pasaron Pep, Adri, Bruce, Jaime y Osukaru en el lado de la afición, y al otro lado de la barrera Pablo, Javi, Dani, Antonio o Fran. Como siempre, señores, un verdadero placer. ¡El año que viene, más y mejor!

lunes, marzo 29, 2010

Lunicooooomiiiiiiiiic

Fin de semana apretado el que acabamos de dejar atrás, y al que, para más recochineo, los hombres grises le han robado una hora al descanso y a la recuperación. Como ya les comenté, la semana se me echó encima hasta tal punto que hubo dos días completos en que apenas pisé la casa más que para dormir unas horillas, y de este modo me fue imposible actualizar esto con los contenidos programados. El hiato mereció la pena en gran medida, porque pude disfrutar de las Jornadas de Comic de la Universidad de Alicante, a las que somos asiduos desde hace nueve años y a las que procuramos no faltar aunque sólo sea de forma parcial. Cuando ya tenía escrita la entrada con la crónica del evento, personal, subjetiva e intransferible, he decidido separarla de la habitual entrada de cada lunes. Cada cosa en su casa con su caso, ya que junto a unas líneas que no han sido tan breves como yo creía incluiré una selección gráfica para poner cuerpo a esos tebeos que tanto nos han impresionado o hecho disfrutar con el paso de los años. De esta semana no pasa y les juro y perjuro que podrán leer el cuento La sonrisa del pirata junto a la reseña de unos secretos que a estas alturas ya no serán seis sino doce. Y como ya hemos tenido una semana de pausa recuperaremos el habitual sketch de colección, que será uno de los conseguidos en Unicomic este año.

Y para vitaminar y mineralizar un lunes de esos que comienzan silenciosos y agotados pero que dan paso a una semana breve y a cuatro días festivos consecutivos, uno de esos temas pegadizos, roqueros y electrizantes que ha sido usado en anuncios y bandas sonoras a cascoporro pero que tiene la suficiente calidad como para atronar cualquier oído que guste de este tipo de música. Desde Suecia, por segunda vez en relativamente poco tiempo, y en el esplendoroso blanco y negro que gusta lucir habitualmente la banda en sus actuaciones en directo, The hives inician la cuenta atrás hacia la gran explosión festiva de la Pascua. Sean ustedes buenos y tengan mucho cuidado ahí fuera.


Tick tick boom
The Hives

Yeah, yeah, yeah, I was right all along
Yeah, yeah, yeah, you come taggin' along

Yeah, exhibit A, on the tray, what you say?
As I throw it in your face
Yeah, exhibit B, what you see? Well that's me,
I put it back in your place

Yeah, I done it before and I can do it some more
So what you waiting for?

Yeah, I was right all along

'Cause I have done it before and I can do it some more
I got my eye on the score
I'm gonna cut to the core
It's too late it's too soon or is it?
Tick, tick, tick, tick, tick, tick, tick, boom

Yeah, yeah, yeah, I was right, you were wrong
Yeah, yeah, yeah, going, going you're gone

I saw your hesitating, waiting too much
'till it slipped through your hands
and then you stagger to your feet and out the door
'cause there's not second chance

That's right!

'Cause I have done it before and I can do it some more
I got my eye on the score
I'm gonna cut to the core
It's too late it's too soon or is it?
Tick, tick, tick, tick, tick, tick, tick, boom

Check it

And you come crying to me - but it's too late
the man you try hard to be - but it's too late
get your head out the sand - but it's too late
it's too late, too late, too late, too late

Oh yeah, but it's too late
Yeah, but it's too late
get your head out the sand, it's too late
It's too late, too late

You know I've done it before and I can do it some more
I got my eye on the score
I'm gonna cut to the core
I'm gonna cut to the core
It's too late it's too soon
It's too late it's too soon
It's too late it's too soon

Or is it?
Tick, tick, tick, tick, tick, tick, tick, boom


viernes, marzo 26, 2010

Unicomic 2010: Un año más, con sentimiento

Casi sin darme cuenta -algo a lo que ha contribuido el cansancio acumulado, las obligaciones laborales y el cúmulo de eventos a los que atender en este mes de marzo que nos deja a las puertas de las vacaciones de semana santa- ha llegado el momento de las XII Jornadas del Comic de la Universidad de Alicante, acontecimiento popularmente conocido como Unicomic al que un servidor ha tratado de ser fiel desde el momento en que tuvo conocimiento de su existencia, allá por el año 2000. Un milenio y casi una década después el alma de las Jornadas sigue siendo la misma con un grupo de entusiastas colaboradores que hacen todo lo posible por aproximar el mundo del tebeo en sus más variadas manifestaciones a los alicantinos en general -y a este infiltrado ilicitano en particular-, ofreciendo mesas redondas, conferencias y proyecciones para todos los gustos y sectores de la afición.

Aunque las Jornadas se iniciaron ayer, mi asistencia a las mismas me impidió preparar el habitual post con el que suelo celebrar el comienzo de las mismas cada año. La presencia de invitados como Enrique Alcatena, David López, Peter Milligan, Paco Roca, Bartolomé Seguí o Felipe Hernández Cava es un reclamo al que difícilmente me pude sustraer y ayer mismo me acerqué a la primera de las charlas impartida por Quique Alcatena. Dado que las Jornadas se hayan ahora mismo en el ecuador de su celebración, les dejo el programa por si esta tarde o mañana gustasen o pudiesen acercarse a disfrutar del rico y retorcido mundo de ideas de Peter Milligan o de las desventuras de un dibujante español en la corte del rey dólar, sin desmerecer esa charla teórica sobre el Premio Nacional del Comic por algunos de sus ganadores y teóricos de la historieta. Sin más les dejo con la parte del programa que les puede interesar.

Viernes 26 de marzo
Encuentro con autores (II)
Aula de Cultura CAM. Avenida Doctor Gadea, 1. Alicante.

17:00 h.
Encuentro con los premios nacionales del cómic a la que asistirán Paco Roca, Bartolomé Seguí, Felipe Hernández Cava y Álvaro Pons.

19:30 h.
Mesa redonda: La importancia del Premio Nacional de Cómic.


Sábado 27 de marzo
Reflexiones en torno al comic (y III)
Sede Universitaria de la UA. C/ Ramón y Cajal, 4. Alicante.

10:00 h.
Presentación de la asociación Alicante Otaku.

10:30 h.
Proyección de "The place promised in our early days " (VOS).

12:30 h.
Proyección de "Green Lantern : Primer Vuelo".

Encuentro con autores (y III)
Sede Universitaria de la UA. C/ Ramón y Cajal, 4. Alicante.

17:00 h.
Encuentro con David López.

19:00 h.
Encuentro con Peter Milligan.


Sesión de Firmas
Ateneo Comics. C/ Serrano, 10. Alicante.
Viernes 26 a las 17:30 h. con la asistencia de Peter Milligan y David López.

Fiesta de clausura Unicomic 2010
Cherokee Pub Tavern. C/ Santo Tomás de Aquino. El Barrio.
Sábado 27 por la noche. Con la asistencia de autores y organización de Unicomic

A algunos de ustedes ya tuve ocasión de verles ayer y de compartir unos más que interesantes momentos en compañía de Enrique Alcatena, departiendo amigablemente sobre tebeos, cine, lo divino y lo friki mientras degustábamos una cerveza, y a otros espero verlos mañana, pero en cualquier caso, si leen esto no duden en acercarse y compartir su admiración por la historieta y por los autores que la hacen posible con gente como nosotros, que un día picoteamos en esto y desde entonces ya no hemos sido capaces de dejar de acudir a esta clase de celebraciones del medio. El lunes encontrarán una crónica mínima sobre el evento desde mi particular, subjetiva y este año más fragmentaria que nunca perspectiva.

miércoles, marzo 24, 2010

Star Wars in Concert: La música de las galaxias

Cuando a través de Nacho Skellington tuve conocimiento de que iba a celebrarse en España un concierto antológico de la música compuesta por John Williams para la saga de Star Wars, me entró el gusanillo pero supe contener a la bestia envidiosa, compulsiva y friki que late en mi interior. Desafortunadamente para mí, dos vídeos de Youtube y una visita a la página oficial del concierto después ya me encontraba con los billetes de avión en la mano y la reserva del hostal a punto. La culpa, para bien, de Mr. Skellington.


Llegado el momento de visitar Madrid, lo cierto es que se respiraba en el ambiente un cierto aire festivo y de expectación. En la habitual ronda por las librerías había bastante gente con espadas de luz o que hablaban del concierto como si fueran a acudir, y a un servidor de ustedes todavía le entraba más ansiedad porque llegara el momento de disfrutar de la música en vivo de seis de las películas que más me han hecho disfrutar a lo largo de mis treinta y pocos -ejem- años de edad. La salida del primer pase no hacía sino confirmar el entusiasmo y la eficacia del concierto como espectáculo para rendidos seguidores de la saga: decenas de personas disfrazadas, niños con caretas y sables de luz y la impresión de que habían disfrutado como condenados.


Ya en el interior, y tras una breve visita a algunos trajes y modelos expuestos -breve por la escasez de los mismos, nada que ver con la Star Wars Expo- y otra al puesto de merchandising -a contribuir a la riqueza de tito Lucas en nuestra humilde medida- nos dirigimos a ocupar nuestros asientos. Primera grada lateral. El palacio de los deportes estaba moderadamente lleno, aunque con huecos. En el patio de butacas apenas había un par de filas libres, y eso pese a que se trataba de las localidades más caras. Se apagan las luces. Atruena el efecto de sonido del THX. Suena la fanfarria de la 20th Century Fox y entonces...

’Star Wars in concert’: La música de John Williams en Madrid




El delirio. Escuchar en directo a una orquesta interpretando una selección de bandas sonoras es algo que ya había experimentado anteriormente con la música de las películas de James Bond, y aquí a la emoción de los temas interpretados se añadía un elaborado montaje de imágenes de la saga acompañando a cada uno de los temas junto con efectos de luz en los laterales y encima de una pantalla gigante de altísima definición. Tanto los videomontajes como la selección de temas se correspondían con el dvd Star Wars: A musical journey que incluía a modo de regalo la banda sonora de Star Wars Episodio III: La venganza del Sith. Ese montaje venía introducido por Ian McDriarmid, el senador y futuro emperador Palpatine. Para el concierto se anunciaba que sería Anthony Daniels el encargado de presentar cada uno de los temas, y supuse que lo haría mediante videos introductorios a imagen y semejanza de los que acompañaban el dvd citado. Justo después del tema principal, la voz de Darth Vader presenta ceremoniosamente a Mr. Daniels, el único actor junto a Kenny Baker que ha participado en todas y cada una de las entregas de la saga y uno de los personajes más queridos y reconocibles de la misma, C3PO. Miro a la pantalla para ver el primero de los videos y me doy cuenta de mi error. Ante miles de enfervorecidos -y muchos sorprendidos, como fue mi caso- seguidores de La Guerra de las Galaxias, C3PO se hizo gloriosa carne y melódica voz y nos acompañó a lo largo de un viaje musical de hora y media larga de duración en el que se repasó de forma cronológica la música y la historia que muchos conocemos y amamos.


Se puede decir que faltó algún que otro tema, que el montaje de imágenes ya era conocido o que la acústica del pabellón no era la idónea para el concierto. Lo que resulta indudables es que fue una experiencia emocionante, que puso la carne de gallina y un nudo en la garganta en más de una ocasión a este humilde servidor y que nos permitió disfrutar en directo de temas tan reconocibles e inolvidables como los pertenecientes a Yoda, Annakin, Leia o Luke, la hermosa Across the Stars, las épicas Duelo de héroes y de destinos, o las clásicas Marcha Imperial, Batalla de Yavin y Persecución por el campo de asteriodes. Con la sentida presentación de Anthony Daniels -que se permitió imitar a C3PO en un par de momentos que arrancaron sonoras carcajadas y prolongadas ovaciones-, efectos de luz en momentos puntuales y una más que correcta interpretación de la partitura compuesta por Williams a cargo de la Royal Filarmonic Concert Orchestra contribuyeron a que la mayoría de asistentes vivieran un par de horas que difícilmente podrán olvidar durante mucho tiempo. Servidor disfrutó como un enano, estuvo a punto de soltar la lágrima con el tema de Yoda -uno de los más bellos de todas las películas y que con el paso de los años más sentimientos evoca en mí- y volvió a constatar lo mucho que se parece el corte de la Sala del Trono a una marcha nupcial. En fin, señores, que la fuerza y la música de John Williams nos acompañarán... ¡¡¡siempre!!!

lunes, marzo 22, 2010

Lunes dorado, lunes cansado

El nivel de cansancio y agotamiento ha batido records históricos este lunes después de un fin de semana verdaderamente intenso por los Madriles en el que se ha intentado ver lo más posible y disfrutar de todo aquello que no suele estar al alcance de la mano en nuestra tranquila vida ilicitana. Exposiciones de arte verdaderamente impresionantes -y sí hay coña con el juego de palabras, Monet e impresionistas mediante-, el habitual paseo por el callejón del crimen friki -Madrid Comics, Atlántica, Elektra, Crisis, Metrópolis- y el conciertazo del sábado como colofón verdaderamente épico conforman uno de esos fines de semana verdaderamente inolvidables que recordaremos durante mucho tiempo.


A algunas de las cosas vividas volveré en los próximos días, en los que me gustaría dejar una pequeña reseña del evento musical y completar esa serie de entradas dedicadas a La Guerra de las Galaxias que debería haberse iniciado el sábado y que por motivos de zoquetería técnica personal se ha publicado hoy con cierto retraso y escasa oportunidad. Al repaso al concierto y al relato prometido la semana pasada se sumará la reseña de un comic ya habitual en este rinconcito virtual y que me ha dejado la misma buena impresión y grata lectura que en sus anteriores entregas. Por el momento no les digo más sobre el mismo, que es un tebeo lleno de secretos...

Y por el momento me despido de todos ustedes a ver si termino de recuperarme, las plantas de los pies se me regeneran y el sueño me abandona finalmente y vuelvo a ser una persona humana física y preparada para trabajar, leer, jugar o roquear... o lo que se tercie. Y aunque llega con cierto retraso, y el deseo se refiera ya quizá más a mañana que a hoy, ya prácticamente finiquitado, les deseo que tengan un buen día y que todo aquel que se lo desee no lo haga con la suficiente mala baba como para fastidiárselo. Sean buenos, malos o regulares pero aguanten el tirón y sigan al otro lado de la pantalla. Si han leído esto, ustedes son la Resistencia.

Have A Nice Day
The Ramones

I heard it from the gangster
I heard it from the priest
I heard it from my best friend
Way down in the middle east

Have a nice day. That's all I hear every day
Have a nice day. I don't believe a word you say

I heard from the landlord
When he kicked me out
I heard it from the spirits
As they possessed my house

Have a nice day. That's all I hear every day
Have a nice day. I don't believe a word you say

When they look me in the eye I turn the other way
It's just a trained reaction something they gotta say... yeah

I heard it from New Zealand
I heard it at the club
I heard it from my doctor
Before he pulled the plug

Have a nice day. That's all I hear every day
Have a nice day. I don't believe a word you say
Have a nice day. That's all I hear every day
Have a nice day. I don't believe a word you say

sábado, marzo 20, 2010

Star Wars New Trilogy. Plissken's Top Ten Moments: Calentando motores para el concierto del año

En noviembre del año 2005 y con motivo del estreno del Episodio III en DVD hice una especie de repaso a mis diez momentos favoritos de la nueva trilogía que funciona como precuela de "la sagrada". Sin entrar en más consideraciones que las del gusto subjetivo y la devoción más absoluta dejé unas líneas de las que hoy día, a cinco años vista, aún me siento orgulloso y me ha apetecido recuperarlas con motivo de la celebración, esta noche -[Por la del sábado. Por un pequeño fallo técnico guardé la entrada como borrador y no como programada. En cualquier caso, ahí queda eso], de un concierto conmemorativo de la saga acompañado de imágenes de la misma, efectos de luz y una exposición de trajes y modelos. Repasando el post, lo único que me falta es otro que refleje mis diez momentos favoritos de la vieja saga... Demonios... ¿porqué no se me habrá ocurrido antes?


10. Duelo de destinos
El clímax del Episodio I fue, creo, el más espectacular visualmente de los vistos hasta entonces. Mediante un cuádruple montaje paralelo asistimos al asalto de la Reina Amidala al Palacio de Naboo, al ataque de los cazas a la estación de control droide, a la maniobra de distracción gungan... y al duelo de sables más vistoso (hasta ese momento, ojo) de la saga. Qui-Gon y Obi-Wan se enfrentan a Darth Maul, y la agilidad de Ray Park y la coreografía de la pelea te hacen pensar que, en efecto, se trata de una lucha en desigualdad de condiciones... para los jedi. Como ya ocurriera en Arma Letal 4, el hecho de que los "buenos" deban enfrentarse en superioridad numérica al villano de turno (en aquel caso Jet Li), no hace sino demostrar su inferioridad frente a él. Planificada como si de un duelo al sol en el Far West se tratara, los contendientes se despojan de sus ponchos y túnica antes de mostrar sus armas. Más adelante, Lucas nos mostrará un primer plano del rostro de cada uno de ellos estudiando al contrario, mostrando la determinación de Qui-Gon, la rabia de Obi-Wan o el odio de Darth Maul en una especie de stand-up mexicano, tan querido a Leone o Tarantino. Planificada a través de un vasto escenario, determinante para el desarrollo de la pelea (los haces de energía a modo de barrera, el pozo de ventilación, los pasillos que comunican los distintos niveles). La agilidad y energía que los duelistas presentan hereda la magia de los clásicos del género como Scaramouche o Robin Hood. Si a todo ello le sumamos un montaje basado en planos generales o medios que lo único que pretenden es mostrar la acción, sin mareos ni montaje videoclipero, y la impresionante composición minimalista de Williams apoyada por un estremecedor coro, este momento merece estar entre lo mejor de la saga.


9. La sombra de Vader es alargada

Meridiano del Episodio II, y por tanto de la nueva trilogía. Anakin ha regresado a Tatooine en busca de su madre, desoyendo los consejos de sus maestros y actuando impulsivamente, al igual que obrará su hijo 25-30 años más tarde, afrontando algo para lo que no está preparado. Shmi Skywalker, ahora desposada con el granjero de humedad Lars, ha sido secuestrada por los moradores de las arenas. Los intentos de rescate han sido infructuosos y su angustia y miedo han contagiado los sueños de su hijo desde la distancia. En el momento de despedirse de una Amidala bellísima en ese traje inmaculado sobre el desierto, Anakin, contrariado, estático bajo los soles gemelos, refleja su sombra contra la pared, y sí señores, es la sombra de un futuro oscuro y sombrío, de ominosos sucesos por venir que afectarán fatalmente a la vida de todos ellos... A partir de ahí, los acontecimientos no harán más que ahondar la herida en la que se plantará la semilla de Vader: el fallecimiento de su madre en sus brazos, la ira desbocada que le conduce a la masacre de todo un campamento Tusken, el dolor, la impotencia durante el funeral, el resentimiento, la soberbia de querer creerse omnipotente... El reverso tenebroso se ha hecho un hueco en el corazón del joven Skywalker, y a veces el diablo sólo necesita una rendija para entrar en la casa.


8. Felpudos con malas pulgas y buen corazón

Una de esas historias de lo que pudo haber sido y no fue es la de que la luna de Endor debía haber estado habitada por Wookies y no por Ewoks. La batalla de los bosques de Endor habría sido otra cosa, sin duda alguna. A George Lucas debió quedarle el gusanillo de tener a decenas de wookies en pie de guerra. En el Episodio III Yoda viaja al planeta Kashyyyk para hacer frente a las fuerzas independentistas droides. Con la ayuda de Tarfful, un guerrero bravo y poderoso al que se adivina veterano en mil batallas, y un joven a la sazón Chewbacca, los wookies se enzarzan en una violenta escaramuza. La escena no es todo lo larga que me hubiera gustado, pero permite hacerse una idea clara de que los wookies son una raza de guerreros temibles. Pero la parte de Kashyyk que me encanta es la final. Cuando el emperador ha ejecutado su orden 66 y las tornas giran peligrosamente para los jedi y sus aliados, cuando Yoda debe huir del planeta para salvar su vida y a los wookies se les avecina un periodo de lucha por la libertad o la esclavitud. En ese momento incierto y peligroso, Chewie le tiende el brazo a Yoda con delicadeza para subirlo a sus hombros y conducirlo hasta su cápsula de huida. Reflejando los lazos que existían entre el maestro y los wookies, y la veneración por un gran guerrero en trance de perderlo todo. La despedida entre ellos es triste y premiosa. Deja la sensación de que realmente se trata de un adiós entre amigos. Y que desde ese mismo instante las cosas ya no serán fáciles para ninguno de ellos.



7. El insidioso Darth Palpatine

La infamia justa en el momento adecuado. La pregunta lanzada con malicia. La orden perentoria en el instante preciso. La insinuación, la mentira encubierta por preocupación amistosa. Desde el principio una oculta mano Sith ha manejado los hilos de políticos, clonadores, diplomáticos, militares e incluso jedi, encaminando el sistema hacia un peligroso punto de inestabilidad, el que encontramos en el comienzo de La venganza del Sith. El encapuchado Darth Sidious, que desde la sombra impulsara el bloqueo de la federación de comercio a Naboo o la creación de una alianza independentista que amenazara a la República, busca ahora lo que perdió a manos de los jedi: un aprendiz. Y nadie mejor que el elegido, “aquel que traería el equilibrio a la fuerza” (a eso se le llama acertar con una profecía; claro que Anakin traería el equilibrio al exterminar a todos los demás: dos jedi contra dos sith). Habiendo desplegado ya sus fichas sobre el tablero del senado de la República, Palpatine, canciller supremo con un poder cada vez mayor gracias a la guerra en curso, siempre con inteligencia artera y sutileza suprema comienza a pulsar las emociones de Anakin: el odio y la rabia acumulados, el miedo a perder a aquella que ama por encima de todo. El paralelismo de la primera aparición de Palpatine en el Episodio III con las escenas de El retorno del Jedi son un guiño al espectador en el continuo juego de espejos invertidos entre una y otra trilogía. La escena en la ópera resulta especialmente importante en el proceso de manipulación, al igual que la que tiene lugar en las estancias del futuro emperador, cuando Palpatine, ya seguro de su victoria moral sobre su pupilo, se revela a a Anakin como el lord Sith que toda la Orden andaba buscando, sin éxito, a lo largo y ancho de la galaxia. Skywalker no ve venir mucho de lo que le sucede en la película, y cae cada vez con más fuerza bajo el magnético influjo del Canciller, hasta que finalmente, lo inevitable sucede: “De ahora en adelante... serás conocido como Darth Vader”.

6. Génesis

Lo que mucha gente esperaba, junto con el duelo fratricida entre caballeros jedi, era ver cómo nacerían los mellizos Skywalker. Y Lucas, que cuando quiere es tan listo y apañado como el que más, se las ingenia para, después de toda la acción que nos sirve el Episodio III, y en un larguísimo epílogo, mostrarnos la génesis de lo que será la siguiente trilogía (aquella que primero conocimos, la que a muchos nos robó el corazón). Y así, en un montaje paralelo somos testigos de dos partos antitéticos. Por un lado, sobre la mesa de operaciones está el mutilado Anakin, al que unas máquinas limpian sus heridas y quemaduras sin ningún cuidado, a la vez que recubren su carne cubierta de ampollas con las prótesis biónicas que darán lugar al Vader “de toda la vida”. Por otro, en un entorno esterilizado, unos droides relucientes con voces atercipeladas atienden a una desfallecida y desfalleciente Amidala, ya sin ánimo para seguir viviendo, en el parto de lo que serán hermanos mellizos, Luke y Leia. Lo cierto es que ambas escenas tienen sus pegas (ese primer paso a lo Frankenstein de Vader, si bien tiene excusa argumental queda horrible en pantalla, y la niñera-robot es ridícula con los corazones en la frente y las manos fórcep), pero tienen todo el terreno ganado, ya que eso es precisamente lo que se esperaba que ocurriese. Que se podía hilar más fino, cierto. La muerte de Amidala, cuya única explicación es que se deja ir por desamor, podía haber sucedido de muchas otras maneras, al igual que la elección de los nombres podía haber sido rodada con algo más que monosílabos y miradas tiernas. Si en algo funciona el montaje es en la oposición de dos formas de ver la vida, y en ambos casos se produce una pérdida; en propiedad se podría decir que Anakin Skywalker fallece al tiempo que su mujer, y tendrán que pasar más de dos décadas hasta que un atisbo de su humanidad vuelva a aflorar por encima de la máscara.

5. Atardecer Binario

Y a modo de continuación de la anterior. Fantaseé durante meses con cual sería el plano final perfecto para las precuelas de Star Wars, y una imagen me venía a la mente clara y hermosa... La de ese gran personaje trágico que es Obi-Wan, zarandeado por los avatares del destino en su juventud y madurez, y que durante 20 años permanece oculto cerca de aquél a quien ha jurado proteger y educar llegado el momento (y a quien mentirá contando medias verdades y mandará de un lado a otro de la galaxia hasta ver cumplida finalmente la famosa profecía del equilibrio). Tras el nacimiento de los niños, y ya sin decir una sola palabra en los últimos minutos de proyección, Leia es encomendada al senador Bail Organa de Alderaan y Luke es llevado por Obi-Wan hasta Tatooine, planeta natal de su padre, donde el hermanastro de éste se hará cargo de él. Momento bellísimo de imágenes a la vez espectaculares (los planos generales descriptivos de Alderaan y de Tatooine) e intimistas (los bebes con sus respectivos padres adoptivos) que se ve apoyado por el inteligente –obvio, podríamos decir- montaje musical que mezcla los temas de Leia y Luke de la trilogía clásica. Y en Tatooine, antes de que el jedi Kenobi desaparezca por el horizonte, contemplamos como un Owen Lars absorto ve ponerse los soles gemelos tras las dunas del desierto en esa pose tan característica. Un personaje que ha sido circunstancial, al que se adivinaba apocado –y aún así, noble- en el Episodio II, pero que aquí, en dos planos, aparece determinado y seguro de sí mismo, tal vez alimentando los mismos sueños que su sobrino abrigará en un fututo no muy lejano, pero sacrificándose a una existencia gris en el culo de la galaxia, pasando todo lo desapercibido que una granja de humedad permite, y criando a un bebé ajeno como si fuera propio. Creo que la formación de un niño es muy importante en el desarrollo de su personalidad y de su forma de ser. Y con únicamente esos dos planos, apenas dos minutos de metraje, me gustaría pensar que parte de la generosidad, valentía, entrega, dedicación y tantas otras cosas que –al margen de la fuerza- harían tan grande a Luke Skywalker en el futuro, provenían en parte, sólo en parte, del abnegado Owen y de la tierna y no menos esforzada Beru Lars.

4. Sangre en la arena de Geonosis

El Ataque de los Clones, narrativamente, tenía una doble intención, necesaria para el desarrollo de la historia: mostrar a Anakin como un jedi valiente, a la altura de su maestro, y dejar establecida su relación sentimental con Padme. La venganza del Sith pivotará sobre esos dos puntales: la corrupción de un gran guerrero utilizando como excusa el miedo a perder aquello que ama por encima de todo. Y dejando de lado conversaciones mal traducidas (“cuanto más me acerco, más crece”... la angustia claro, pero parece otra cosa) y prados idílicos con vacas gigantes, la escena del circo en Geonosis supone la plasmación perfecta de ese doble objetivo. En un momento similar al clímax del Imperio Contraataca –de nuevo los espejos- Padme y Anakin, antes de afrontar una más que posible muerte se confiesan su amor, sincero y trágico por las implicaciones que tiene. El emotivo tema de Williams “Across the stars” ahonda en la intensidad del instante, y la cámara abre plano mientras el carro que les conduce a la arena se pone en marcha. Allá les espera un impasible Obi-Wan y la gloria de la batalla desesperada, el apoyo de amigos y camaradas que afrontarán la lucha desigual con bravura y osadía sin límites, la llegada in extremis del viejo general con los refuerzos -que a la postre no serán tales- y la primera vez que vemos en acción a dos personajes cuya destreza con el sable láser será determinante años más tarde, pero que aún no habíamos tenido ocasión de comprobar. Primero, en su enfrentamiento con Dooku y Jango Fett, Mace Windu demuestra que su reputación está a la altura de sus habilidades. Más tarde, Yoda, el maestro Yoda que conocimos viejo y achacoso (entonces no sabíamos cuán mal le había tratado el destino) y que esconde lo que es bajo el disfraz de anciano encorvado con bastón planta cara a un Dooku que se ha limpiado de un plumazo a los dos jedi que le habían atacado simultáneamente. Espectacular traca final la del Episodio II, pero yo me sigo quedando con ese momento, esa mirada de entrega y ternura antes de la muerte.


3. La caída de los Jedi

“Ejecuten la Orden 66”. Con esa orden seca, transmitida a todos los miembros del ejército clon de la República se sella el destino final de la orden Jedi. Planificado con décadas de antelación, y en espera del momento justo, Palpatine se asegura, ya con un aprendiz digno de sus oscuras y vastas artes, tanto el poder absoluto como la eliminación de aquellos que pueden suponer la más leve amenaza para su nuevo orden galáctico. Los jedi mueren solos, a traición, en la mayoría de los casos acribillados por la espalda y superados abrumadoramente en número, siendo sus enemigos aquellos que tomaban por fieles compañeros de batalla. De nuevo Williams subraya con una estremecedora composición, elegíaca, las imágenes terribles de una casta de nobles guerreros exterminados sin honor ni dignidad. Un ejemplo claro de ello sería la muerte de la jedi Aayla Secura, abatida por la espalda y rematada en el suelo, mientras, con pudor, la cámara inicia un travelling hacia lo alto, omitiendo el detalle de su muerte, pero transmitiendo toda la tristeza y la crueldad de lo que acaba de suceder. Lo mismo podríamos decir del asalto por parte de Anakin y las tropas clon al Templo Jedi de Coruscant, del que sólo llegamos a ver las consecuencias –terribles, bien es cierto-, la aniquilación absoluta de todos los cadetes jedi o caballeros que allí permanecían. Viendo lo terrible de los actos de Anakin –seguidos por otros igualmente execrables en años venideros, a buen seguro- se hace un poco más difícil entender esa redención milagrosa en el Episodio VI a bordo de la agonizante Estrella de la Muerte. O por contra, engrandece su gesto, ya que ahonda el pozo de vileza, maldad y degradación del que la escasa humanidad de Anakin Skywalker debe emerger para sobreponerse a sus pecados y ayudar a su hijo a derrotar a Palpatine definitivamente.


2 y 1. Duelo de titanes, batalla de héroes

Me niego a elegir entre estos dos momentos, sería incapaz de discriminar a uno por encima del otro. Ambos tienen fuerza, tienen emoción, son visuales espectacularmente y suponen el dignísimo colofón a estos casi 30 años ya de Star Wars.
De nuevo con esa estructura tan querida a Lucas del montaje paralelo, ofreciéndonos alternativamente situaciones que están ocurriendo simultáneamente, asistimos al desesperado envite final de la Orden Jedi, o más bien de lo que queda de ella, para restaurar el orden recientemente perdido y evitar que los designios del malvado sith Palpatine sean los que rijan el gobierno del nuevo Imperio. Todo muy pulp, muy de blanco y negro. Si los propios jedi se planteaban en un momento dado, un golpe de estado de transición para frenar a un Palpatine aún no desenmascarado, la única solución que Yoda y Obi-Wan adivinan en medio de la desesperación y la derrota absolutas es la eliminación física del maestro y del aprendiz Sith, del nuevo emperador y del recién ordenado lord sith Vader.
Las constantes de la contienda serán varias: la implicación emocional de los luchadores será total, a la desesperación y determinación de Yoda y Kenobi se opondrá una rabia y un odio de magnitud absoluta; el escenario elegido para la contienda tendrá una doble importancia, por un lado simbólica, por otro estratégica; la igualdad en los combates es manifiesta, de ahí lo incierto del resultado final (incierto si nosotros no supiésemos de antemano el resultado de cada uno de ellos). Vayamos por partes, y sin un orden concreto.
Anakin y Obi-Wan se despiden antes de partir éste último a la caza del temible Grievous. En una conversación tremenda, por lo que significa para ellos y para nosotros –sabemos que es la última vez que se ven como amigos-. Sincerándose mutuamente Anakin reconoce que su impulsividad a veces le ha colocado por debajo de lo que se esperaba de él, mientras que Obi-Wan le dice –y yo llego a creerle, ojo- que pese a ello, Anakin es mejor que él mismo, que en potencia todos los jedi de la orden, que sólo es cuestión de tiempo alcanzar ese potencial... Tiempo que les es arrebatado por unos acontecimientos que absorben a ambos en un torbellino de traiciones, violencia y pérdida que culmina en su siguiente encuentro, en el planeta Mustafar. Será en ese planeta volcánico y ardiente donde el odio y el miedo de Anakin se desborden, donde ya ni siquiera el amor que siente por Amidala podrá frenar su irremisible caída en el reverso tenebroso de la fuerza, y donde su mentor y amigo hará todo lo posible por evitar precisamente que eso suceda, aun cundo la única manera de lograrlo sea acabando con la vida de su pupilo. Es una lucha violenta, apasionada, impulsiva por parte de ambos. Patadas, golpes de fuerza, puñetazos, empellones, zancadillas, todo vale con tal de derrotar al contrario. A lo largo y ancho de las instalaciones siderúrgicas llevan su destrucción sin preocuparse de nada, sin enfocar más que al “otro”... hasta que se encuentran rodeados de lava sobre una plataforma que ha perdido sus anclajes y que se hunde lentamente en el magma. Sin dejar de luchar un solo momento esquivan rocas de lava, cruzan sus sables sobre tambaleantes plataformas cada vez más cerca del abismo o agarrados a cables en el vacío. La sensación de incertidumbre y agobio que va creando ese escenario, cada vez más precario, más inestable, es total. Era imposible que de ahí saliera nada bueno.
Ni siquiera ya en su tramo final, la lucha en el río de lava, sobre una exigua plataforma y ocupando apenas medio metro cuadrado de espacio contienen la ira y la fuerza de sus golpes. Será la suerte, la anticipación de Obi-Wan la que le coloque en esa posición de superioridad, “la altura me da ventaja”, dirá. Y será la obcecación de Anakin, el odio irracional que se ha apoderado de él, el que le impida contemplar otra opción más ventajosa para él que el absurdo y expuesto –a la postre casi suicida- ataque frontal. Y al final, los reproches que Obi-Wan lanza al mutilado Anakin se ven respondidos sólo por la ira y el odio casi animal de éste. Ni siquiera es capaz del acto último de misericordia para con su antiguo amigo, dejando inconclusa por tanto su misión última.
Al otro lado de la galaxia, las cosas no le irán mucho mejor al maestro Yoda. Para frenar de raíz el golpe de estado institucional el anciano Jedi acudirá a la fuente del mal, que muy apropiadamente tiene su base en el seno mismo del sistema que ha corrompido. En el despacho de Palpatine, éste y Yoda iniciarán una contienda que primero se basará en el empleo de la Fuerza, y luego en una combinación de lucha de sables luz y ataque con objetos que adquirirá una nueva dimensión cuando, sobre el escaño del Canciller Supremo, la lucha se traslade al propio senado. Es esa imagen mejor que ninguna otra, la que refleja el Episodio III. Un amplísimo plano general de los escaños vacíos y en el centro, dos pequeñas figuras, batiéndose a cara de perro por el destino de la galaxia, continente y contenido perfectamente unidos, una simbología muy clara que subraya perfectamente los acontecimientos mostrados. Dos facciones políticas se enfrentan al margen del sistema, dirimiendo no sólo el destino político del universo sino las ancestrales diferencias de dos castas, los jedi y los sith, en lo que parece su definitivo encuentro.
Finalmente, y pese a todos los esfuerzos de un Yoda colosal en el manejo de la Fuerza y la espada, Sidious/Palpatine consigue una pírrica victoria sobre el jedi, que abandona el Senado sabiendo que ha desperdiciado la última oportunidad real de acabar con el naciente nuevo orden. Antes de eso Lucas nos regala ese plano, ese gran plano de Yoda agarrado con uñas y dientes a la última posibilidad de resistir y a un paso del abismo, de perder todo por lo que los caballeros jedi han luchado durante siglos, un orden basado en el respeto de todo lo vivo. Con el chirrido de sus uñas resbalando milímetro a milímetro y su mirada triste poco antes de caer estamos siendo testigos del fin de una era.
“Fracasado he. Al exilio obligado me veo” dirá un nuevo Yoda, cansado, derrotado, a Bail Organa. En una escena eliminada del montaje final, pero que veremos mañana, Yoda llega al pantanoso Dagobah, lugar que ya no abandonará hasta el momento de su muerte. Pero aún en medio del momento más oscuro de la Galaxia, surgirá una nueva esperanza.

Caballeros, la Fuerza nos acompañará... Siempre.

jueves, marzo 18, 2010

Galería de portadas: Superman. Nuevo Krypton

A cada reseña le sigue su correspondiente galería de portadas, y Nuevo Krypton no se merece menos que eso. Honestamente, creo que pocas galerías de las que he ido recopilando con el paso de los años llega a la altura de esta, por la calidad de sus imágenes -prácticamente todas ellas espectaculares, por la cantidad -cada título contó con dos cubiertas- y por la variedad de las mismas -favorecida por la diversidad de títulos y personajes y por la gran cantidad de autores que colaboraron-. Agrupadas en una misma cabecera -New Krypton- para favorecer la identidad del cruce editorial entre colecciones, encontramos el trabajo de Alex Ross, que a su grandeza habitual suma un tríptico para el que cualquier adjetivo se queda corto, Gary Frank Stephane Roux, Chris Sprouse, Rodolfo Migliari, Aaron Lopresti, Jose Ladronn, Bernard Chang y Joshua Middleton. Por un momento consideré publicarlas en pequeño, pero creo que las imágenes se merecen muy mucho una galería en condiciones en la que disfrutar con todo detalle de la labor de el plantel de excelentes ilustradores que han colaborado en la saga.


















miércoles, marzo 17, 2010

Superman: Nuevo Krypton. Mejor solo, que mal acompañado

La ciudad kryptoniana de Kandor, miniaturizada durante años y conservada en una botella por Brainiac y su ansia de conocimiento, se yergue ahora orgullosa en pleno ártico, junto a la Fortaleza de la Soledad de Superman. En ella, y disfrutando de las ventajas que un sol amarillo concede a los kryptonianos por su fisiología particular, 100.000 terrestres de adopción que deben aprender a vivir en un entorno completamente diferente al que estaban acostumbrados. La trágica pérdida sufrida por Superman durante su brutal enfrentamiento con Brainiac impiden que éste pueda disfrutar de la nueva situación. Todo lo contrario. Sumido en un profundo dolor, arropado por sus seres más queridos y por sus amigos más cercanos de dentro y fuera de la comunidad superheróica, Clark Kent ve cómo el mundo que había conocido hasta el momento y sobre el que había asentado su carrera se tambalea por los acontecimientos vividos en las últimas semanas.


Lejos de suponer el trágico colofón a una serie de catástróficas desdichas -Lemony Snickett dixit-, Superman debe afrontar una nueva y complicada situación cuando los kryptonianos, guiados por la estricta y poco comprensiva mano de los padres de Supergirl -y tíos por tanto de Superman- deciden intervenir en el entorno humano de su nuevo hogar para eliminar todas aquellas amenazas potenciales que puedan atacar a Superman y por extensión a ellos mismos. Con una brutalidad desproporcionada y una despreocupación absoluta por el bienestar de todos aquellos que se cruzan en su camino, Nuevo Krypton inicia una guerra preventiva contra el mal en la que pronto aparecen bajas humanas a modo de indeseable -pero lógico- daño colateral.

Con la ayuda de Supergirl, Superman intentará hacer entrar en razón a Zor y Alura, pero la situación se dirige directamente hacia el precipicio. Con unos héroes kryptonianos enmascarados -Nightwing y Flamebird- actuando contra los incontrolados, una misteriosa mujer -Superwoman- con poderes pero intenciones desconocidas, un plan maestro para acabar con los recién llegados tomando forma bajo el mando decidido de Sam Lane, el regreso de un Lex Luthor más artero, inteligente y letal que nunca decidido a triunfar a cualquier precio, y la tensión creciente entre humanos y kryptonianos a punto de estallar en un conflicto abierto, Superman deberá afinar su inteligencia y su amor por los suyos para salir con éxito de una situación que apenas ha hecho más que empezar a mostrar su verdadero alcance y sus posibles -y terribles- consecuencias.


La saga de Nuevo Krypton arranca inmediatamente después del Action Comics 870, con el que se cerraba el arco argumental dedicado a Brainiac. El dramático suceso que allí se nos narraba tiene aquí su colofón en unas bellas y tristes páginas apenas sin diálogo ni textos de apoyo en el que asistimos a un emotivo entierro y al recuerdo cariñoso de aquellos que quisieron al personaje difunto. A continuación la historia pasa a desarrollar en profundidad la situación de los kandorianos, su nuevo status en la Tierra y la forma en que ellos y nosotros percibe al "otro", al elemento distorsionador en una realidad que cambia demasiado deprisa. El arco completo engloba los números New Krypton Special, Superman 681-683, Action Comics 871-873, Supergirl 35- 36 y el Adventure Comics Special: The Guardian (todos ellos englobados en los números 29 a 33 de la edición española de Superman).


Nos encontramos ante una historia que agrupa todas las cabeceras del Hombre de Acero en un evento editorial coordinado -el crossover de toda la vida, vamos- para mostrar de la forma más completa y unificada posible una buena historia que, lejos de ser un arco cerrado, prosigue abriendo nuevas sendas a los personajes y nuevas posibilidades argumentales que a buen seguro serán exploradas en los próximos meses. El universo del Último Hijo de Krypton -bueno, antecienmilpenúltimo- se ve sacudido por dos eventos que lo cambiarán para siempre, y los autores encargados de contárnoslo lo hacen con la suficiente convicción y el respeto necesarios como para que nos creamos que la muerte de "ese" personaje será definitiva, y que la irrupción de cien mil supermanes en la Tierra no obedece a un capricho editorial sino que puede llegar a ser el motor de decenas de futuras buenas historias.

Johns y Robinson, Geoff y James -con el estimable apoyo de un Sterling Gates que escrible los primeros tebeos de Supergirl que no me dan ganas de quemar desde la etapa de Peter David- van colocando de forma inexorable sobre el papel toda una serie de viejos elementos en una nueva situación y de nuevos personajes que despiertan el interés y la intriga de este lector que humíldemente les escribe estas líneas. Por si fuera poco, se toman la molestia de recuperar con suma dignidad al Guardián, en una historia llena de sensibilidad y de respeto por la continuidad que ahonda en el tan querido concepto para James Robinson de la herencia y la asunción de la misma por parte de las siguientes generaciones.


La parte gráfica de la historia se beneficia de un par de dibujantes en estado de gracia, de un par de competentes artistas y de un paisano que debuta por la puerta grande en el mercado yanqui. En primer lugar contamos con Gary Frank y Renato Guedes. El primero apenas ilustra las páginas del funeral, pero su presencia se deja sentir en toda la historia a través de la poderosa resonancia de lo narrado en esas escasas páginas. Guedes, por su parte, llena el cielo de kryptonianos y dibuja Kandor sin despeinarse, nos ofrece espectaculares páginas dobles que apenas pueden contener el derroche de imaginación y acción que contienen y ofrece un majestuoso retrato de los personajes que brilla especialmente en el protagonista de la serie y en el antifuneral al que asiste Bizarro en una suerte de macabro juego de espejos que pone los pelos de punta (Mí ser feliz... Brrrr). En la parte competente, siempre desde mi percepción del asunto, claro está, encontramos a Pete Woods y Jamal Igle, dibujantes de batalla que ofrecen un espectáculo muy bien presentado pero cuyo trabajo olvidaremos en unos días, salvo por aquellos momentos en los que el guión ofrece escenas que quedarán para el recuerdo y en la que ambos dan el do de pecho. Y finalmente encontramos a Pere Pérez, dibujante que ha recorrido un largo camino antes de llegar hasta el Guardían y cuyo primer esfuerzo en el marcado mainstram norteamericano está resuelto con una profesionalidad y una solvencia encomiables, aunque a su estilo aún le falta un poco de confianza y soltura, algo que a buen seguro veremos en breve en sus próximos trabajos.
Estamos ante una historia puente, un nuevo capítulo en un universo editorial estanco que desde hacía tiempo no gozaba de una salud tan envidiable y de una dirección tan acertada. Con Johns y Robinson a los mandos uno sabe que va a encontrar un buen tebeo de pijamas, acción en su justa medida, un gran desarrollo de personajes y algunos momentos para la tragedia y la épica que el lector conservará en la memoria. Personalmente me ha encantado todas las posibilidades que se han abierto en estos números -no les he hablado de Mon El y la Zona Fantasma y sus nuevos "inquilinos", ni de quiénes manejan los hilos, ni del misterioso as en la manga de Sam Lane- y que convierten la serie en una obligada compra mensual -y lectura semestral, je-. Me sigue asombrando la capacidad integradora de Johns, capaz de aglutinar en una misma ciudad todos los estilos arquitectónicos y de vestimenta que se han ofrecido de Krypton con el paso de los años, transformando las diferentes versiones (Edad de Plata, adaptación cinematográfica, versión post-Crisis) en aspectos diversos de una misma cultura. Igualmente es un placer volver a disfrutar a Robinson en un título mensual en el que se le deja libertad para explorar y explotar personajes secundarios que tienen la misma potencialidad que el protagonista de la cabecera -o incluso más, dado lo poco tratados que han sido hasta el momento-. Por el momento, que sigan contando conmigo para este viaje. Por las alforjas que no se preocupen que ya se las lleno yo de admiración, emoción, y porqué no, tristeza.

lunes, marzo 15, 2010

Pateando un lunes

Me pongo las pilas para comenzar esta semana que será más corta de lo habitual en lo laboral y en lo blogueril, y lo hago haciendo escarnio de mi inconstancia y mofa de mis propósitos no cumplidos de compartir con ustedes la reseña de New World Krypton, lo único que me dejé verdaderamente en el tintero la semana pasada. Arriesgándome muy mucho a pillarme los dedos virtuales otra vez, esta semana sí tendremos la mencionada reseña junto con un dibujo estrechamente relacionado con la saga. De cara al fin de semana, en que muchos de ustedes estarán disfrutando de un más que merecido puente, y para celebrar el que yo consideraría evento cinematográfico-musical-friki del año, les dejaré la recopilación de entradas sobre mis diez momentos favoritos de Star Wars, entrada que escribí hace ya tres años -qué coño tres... ¡va para cinco!- con motivo de la edición en dvd de Star Wars: La venganza del Sith y que, por lo que a mí respecta, conserva su plena validez. Igualmente, y con esa manía que me ha dado por recuperar viejos relatos, compartiré con ustedes un cuento ambientado con ciertas libertades en el universo de Star Wars y más concretamente en El imperio contraataca. Semana temática de nuevos kryptonianos y Guerra de las Galaxias habemus, así, sin darnos casi importancia alguna.

Pocos lunes como este tango tan claro el acompañamiento musical del post, y es que esta canción de los Hives me ha estado taladrando los tímpanos -en el buen sentido de la palabra- todo el fin de semana, trailer de Kick Ass mediante. No había visto avance ni trailer alguno hasta que el jueves se me ocurrió echarle un vistazo al último avance del flim basado en el comic de Mark Millar y John Romita Jr. -que no he leído... todavía-. La desvergüenza, macarrería y festiva violencia que Matthew Vaughn parece haber orquestado a partir de la traslación de la aparición de vigilantes enmascarados en el "mundo real" me ha ganado para la causa de asistir al cine con un cubo de palomitas y muchas ganas de pasarlo bien. Así que con The Hives y la sana intención de patearle el trasero a todos los problemas que se pongan por delante, servidor se despide de ustedes por el momento, rogándoles, como siempre, que tengan mucho cuidado ahí fuera.



Hey little world
The Hives

Once on a cold dark night
Born into this world
They couldn't tell back then
Is it a boy or a girl?
And since then a story
Of uncertainty
It was clear by age 5
That he would never be free

Hey little world! You know what you're getting
Oh please little world! He's kicking your head in

What you gonna do, any one of you?
What you gonna do? Here he comes for you
Anyone of you, what you gonna do?
What you gonna do? Here he comes for you

Grew up with plans for nothing
Lives in a house of clay
He didn't know back then
That they liked him that way
He never did what they told him
He never did what they said
Tried to tell him roll over again and this is what you get

Hey little world! You know what you're getting
Oh please little world! He's kicking your head in

What you gonna do, any one of you?
What you gonna do? Here he comes for you
Anyone of you, what you gonna do?
What you gonna do? Here he comes for you

Take it to your mother

Now he is tall as a 'scraper
Now he is as wide as the sea
And when you look all around you
He is all you see
All around the planet
He's gonna make sure you heard

Hey little world! You know what you're getting
Oh please little world! He's kicking your head in

He's got 'em all lined up and ready to go
They're all lined up and I told you so
Hey little world! Back in the ocean again

What you gonna do, any one of you?
What you gonna do? Here he comes for you
Anyone of you, what you gonna do?
What you gonna do? Here he comes for you
What you gonna do, any one of you?
What you gonna do? Here he comes for you
Hey little world! Back in the ocean again
Said, Hey little world! Back in the ocean again

jueves, marzo 11, 2010

Sketch-busters CXLII: Ángel Unzueta (I)

Barcelona. Año 2003. El Salón del Comic está revolucionado por la presencia de uno de los grandes genios de la historieta, Will Eisner. El stand de Norma se convierte en un verdadero punto caliente que sus responsables no saben cómo organizar para evitar aglomeraciones o nervios. Una cola única para cada sesión de firmas para ser la solución encontrada, pero la cantidad de gente convierte esa solución en la más ineficaz. Es uno de los años que más interés entre el aficionado y por tanto más nervios he visto en las sesiones de firmas, por lo menos hasta la coincidencia en el año 2008 de Moebius y Manara. En una de esas sesiones, y solventada la papeleta Eisner con una firmita apresurada en dos de mis tomos y sin poder llegar a saludar directamente al maestro o estrechar su mano, servidor se encontraba allí con un motivo bien distinto. El dibujante vasco Ángel Unzueta se hallaba presentando su trabajo en la serie Flash, un trabajo especialmente importante dado que suponía el inicio de la etapa de Geoff Johns como dibujante regular de la colección. Dado que el personaje era -¡y es!- uno de mis favoritos, y que yo ya había leído y disfrutado la saga Wonderland unos meses antes via Previews, la presencia de Ángel era uno de los principales alicientes de aquel año, y en consecuencia estuvimos como unos pepes en la cola correspondiente con algo de tiempo de antelación -no tanto como los últimos tiempos, todo hay que decirlo-. El caos de las sesiones de firmas de Norma hizo acto de presencia, había una cinta entre los aficionados y el autor y no dejaban que éste hiciera dibujo alguno. Aún así, Unzueta firmó todos los números americanos de su saga -recientemente recopilada en ese tochazo que recoge la mitad de la etapa de Johns con el personaje- y fue tan amable de realizar esta dedicatoria que nos llenó de felicidad escarlata.

martes, marzo 09, 2010

Galería de portadas: Universo DC Flash 5

Como es habitual, y a modo de complemento del repaso al quinto tomo que recoge la era Waid en la colección de Flash -aunque en este caso también estaríamos hablando de la etapa Millar/Morrison-, a continuación podéis encontrar todas las portadas del material que compone el tomo, incluyendo las del crossover Tres de una especie y la del especial centrado en la Galería de Villanos. En lo artístico, nos encontramos con dos artistas de peso. El primero, el añorado Mike Wieringo, fiel a su estilo y homenajeando a la ya clásica história de El Flash de dos mundos en una portada particularmente eficaz. Y recogiendo el testigo como portadista regular de la colección, encontramos a Steve Lightle, un dibujante que no se ha prodigado en demasía ilustrando interiores pero cuyas portadas son muy apreciadas por su impactante resultado. Un repaso en imágenes a un volumen especialmente movido y lleno de momentos Flash especialmente recomendables que culmina con una de esas historias que, desde ya, han pasado a mi olimpo particular de las protagonizadas por el velocista escarlata. Como suelo decir en estos casos, que ustedes disfruten de la galería.





































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