martes, julio 09, 2013

El baúl de Plissken: Superman: Una vuelta a la grandeza por Geoff Johns

Hay que reconocer que la actual poseedora de los derechos de publicación de DC en España ha realizado un esfuerzo colosal para hacer llegar la figura del Hombre de Acero a la mayor cantidad posible de lectores y aficionados. Junto a una cuidada selección de material publicado, con novedades jugosas y reediciones que deberían estar en la comicoteca de cualquier seguidor de los tebeos de superhéroes que se precie, destaca una novedosa iniciativa que ha tratado de divulgar aún más si cabe la figura de Superman, tratando de acercarla a aquellos que más lo necesitan, los que no lo conocen bien. La edición en formato económico de la serie Superman: Origen Secreto de Geoff Johns y Gary Frank y su distribución en la cadena de supermercados Lidl puede suponer que personas que no habían dado oportunidad al personaje se acerquen al mismo y encuentren una historia a la altura de las casi 8 décadas de existencia del mismo, un repaso respetuoso y actual a los orígenes de Kal El y una aventura majestuosa gracias a los lápices del siempre eficaz Gary Frank. Como nunca está de más repasar algunas de las grandes historias que este equipo artístico han dejado con el personaje, aquí recupero dos entradas donde repasaba dos sagas de verdadero peso e importancia en el antiguo UDC, hoy temporalmente obsoletas gracias a ese evento del que ya se cumple más de un año y que me sigue llenando de melancolía y de no poca rabia a partes iguales. Mal Flahspoint me parta, con lo que podía llegar a molar el Universo DC cuando los autores tenían la suficiente cancha para ofrecer historias como estas...


Esto le puede parecer una aberración a la generación de lectores que sólo ha conocido la presencia de los tebeos en librerías especializadas, pero antaño uno podía encontrar en el Carrefour o en Simago cajoneras llenas de tebeos a precios de saldo que ayudaban a iniciarse en el mundillo y a conseguir verdaderas gangas. Piratas del Espacio, Kikckboxers y Star Slammers a cien pesetas cada una... Qué tiempos...

Superman y la Legion de Super-Héroes: Regreso al futuro

Es un día como otro cualquiera en el Daily Planet. Clark es ignorado por todos sus compañeros excepto por Jimmy Olsen y el carácter pusilánime del periodista le hace acreedor de una reprimenda de su editor en jefe Perry White. De repente gritos en la calle alertan los sentidos de Clark, que raudo y veloz desaparece para dejar paso a su alter ego superheroico, y así Superman acude al rescate de los ciudadanos de Metropolis. Este comienzo que podría perfectamente ser una escena de Superman. La película o formar parte de cualquier comic del Hombre de Acero de los últimos... setenta años, supone el prometedor, clásico, nostálgico arranque de una nueva etapa en la colección de Action Comics que se augura realmente espectacular.


La amenaza que ha provocado el pánico en la ciudad es un robot Brainiac gigante, aunque la persona oculta tras el robot no es el Brainiac del presente, sino un descendiente del futuro, del siglo XXX para ser más exactos, que ha querido llamar la atención de Superman para despertar en él recuerdos largamente escondidos en la mente del Kryptoniano. Así, de repente, Kal El recuerda cómo, siendo él joven y viviendo en Smallville, recibió la visita de tres jóvenes que provenían del lejano futuro y que querían conocer al que con los años llegaría a ser el mayor héroe de la Tierra y la inspiración para todos los que desde entonces quisieron defender la justicia y el bien a lo largo de la galaxia. Relámpago, Cósmico y Saturn Girl invitaron al joven Clark a unirse al recién formado club de héroes del futuro conocido como Legion de Super-héroes y a viajar con ellos al siglo XXX para vivir allí divertidas y excitantes aventuras.


Este descubrimiento repentino y brutal de una parte de su pasado dormida en la memoria no es el menor de los problemas de Superman, ya que siguiendo las indicaciones de Brainiac 5 viaja en una esfera temporal al futuro que ahora sabe repleto de amigos y conocidos, aunque la realidad que le espera no es ni mucho menos la esperada. La Legion está ahora proscrita, el legado de Superman corrompido y el mantenimiento del orden está a cargo de la Liga de la Justicia de la Tierra, grupo formado por antiguos héroes que intentaron formar parte de la Legion de Super-Héroes y que tras ser rechazados se dedicaron a atesorar su rencor y su vergüenza y a fraguar un plan con el que desbancar a los legionarios como defensores de los Planetas Unidos y convertirlos en parias.


Perseguido por esa particular Liga de la Justicia, sin poderes a causa de una extraña alteración del sol terrestre, que ha dejado de ser una estrella amarilla y su radiación es ahora roja, y ayudado por los mejores amigos que uno pudiera o quisiera encontrar en el siglo XXX (los ya citados Relámpago, Saturn Girl y Cósmico, Coloso, Polar, Estrella del Alba, Fuego Salvaje, Sombra, Nocturna), Superman volverá a demostrar porqué es el mayor héroe de todos los tiempos y porqué su legado ha encontrado en los legionarios a los mejores albaceas.

Tras unos primeros escarceos coguionizando a Superman junto a Richard Donner, Geoff Johns asume la tarea de escribir en solitario Action Comics, y lo hace con una saga de debut espectacular, emotiva y que devuelve al Hombre de Acero a su mejor etapa de la Edad de Plata, repleta de conceptos divertidos y llenos de imaginación, todo ello matizado con un sano sentido de la épica y momentos de acción a la altura de los personajes. Con la Saga del Relámpago vista en la JLA y JSA y esta historia (publicada en los números 858 a 863 de Action Comics y en los números 16 a 18 de la serie española de Superman), Johns devuelve a la continuidad a la Legión de Super-héroes clásica, el concepto más perjudicado en su momento por las Crisis en Tierras Infinitas, y que aquí aparecen de nuevo tal y como los lectores de la editorial Zinco los conocimos y disfrutamos a finales de los años 80. Se obvían los dos reboots de Waid que dieron origen a dos Legiones completamente diferentes y se deja todo en el aire para un futuro proyecto que aclare este follón de continuidad en una colección especial de cinco números llamada Legion of Three Worlds que cuenta con guiones de Johns y dibujos del gran George Perez y que está actualmente en curso.


Tres Legiones. Un Superman. Geoff Johns. George Pérez. ¿Hace falta decir algo más?

Pero dejando de lado esas cuestiones farragosas de continuidades, reinicios y cambios provocados más por decisiones editoriales antes que creativas, tengo que reconocer que esta serie me ha tocado la fibra sensible de friki por montones de razones. Para empezar, resulta casi increíble el modo en que Johns devuelve al personaje a lo mejor de su esencia sin que traicione la evolución que ha sufrido con el paso de los años, escribiendo una suerte de Superman atemporal que recoge lo mejor de décadas de trabajo de decenas de guionistas, y lo sintetiza en una historia a la vez clásica e innovadora, que juega a la perfección con los elementos de la mitología de la Legion de Super-Héroes y les da la vuelta como le viene en gana. Que los villanos de la historia sean algunos de los repudiados en las famosas rondas de reclutamiento de la Legion es algo que ya se ha visto con anterioridad, pero en este caso se nos permite un vistazo algo más en profundidad a unos personajes para los que supone un deshonor y una vergënza ante sus conciudadanos el ser rechazados, y el diferente modo en que los repudiados pueden reaccionar ante tal situación.


Parodia realizada por Sergio Aragonés sobre las rondas de reclutamiento. Por un lado destacan los poderes ridículos de muchos de los aspirantes, y por otro los inflexibles y mordaces juicios de valor de los legionarios en un precedente bastante ajustado de Risto Mejide o Miqui Puig.

Así, por un lado el resentimiento da paso al odio y a la venganza personificada en la Liga de la Justicia de la Tierra, mientras que el respeto por la institución y las ansias de mejorar y de formar parte de la leyenda dan lugar a la Legion de Héroes Sustitutos, concepto descacharrante y un tanto esperpéntico del que han llegado incluso a salir presidentes de la Legion como Polar, con un carismático protagonismo en esta saga, que también permite un momento de épica gloria a los Sustitutos enfrentándose de forma casi suicida y con poderes que van de lo peculiar a lo ridículo a la letal Liga de la Justicia Terrestre. Los anillos de vuelo, la camaradería, el sentimiento de pertenencia a un cuerpo que vela por la galaxia, el legado imperecedero de Superman y la necesidad de tomar decisiones que pueden costar la vida a uno mismo o a los camaradas son tópicos que en manos de Johns se leen como si fuera la primera vez, y no hacen sino acrecentar las ganas que un servidor tiene de leer sus próximas historias -que según mi buen amigo y vecino Pep no hacen sino mejorar número a número-.


Dejor para el final la parte gráfica, que en esta ocasión resulta un lujo para el lector y un deleite para los sentidos. Gary Frank regresa a DC, editorial en la que inició una carrera siempre ascendente y repleta de éxitos, y lo hace por la puerta grande, dibujando al personaje icono de la casa y al super grupo definitivo. Para empezar, Frank estiliza al personaje y le coloca el rostro de Cristopher Reeve, otorgándole al personaje un aspecto a la vez reconocible y frágil, más humanizado que de costumbre. Por si fuera poco, en su etapa debut el dibujante debe rediseñar los uniformes y aspectos de todos los legionarios (personajes que no han aparecido como tales en el Universo DC desde ) y conferir un aspecto amenazador a los villanos de la serie y al mundo del futuro, un siglo XXX devastado y sombrío que debe resurgir de sus cenizas tras esta saga. Los personajes resultan majestuosos, la acción elegante y espectacular y las escenas de lucha dinámicas y muy bien narradas, a la altura de los pasados trabajos de Gary Frank, quien mes a mes demuestra porqué es un fan favourite y por qué es uno de los dibujantes contemporáneos a los que nunca le faltará trabajo. La expresión retorno a la grandeza se emplea muchas veces en un mundillo como este en el que cada mes hay tres megaeventos, dos crossover y un reboot, pero en este caso creo que su empleo está más que justificado. De la mano de Johns y Frank a los seguidores del Hombre de Acero nos esperan muy buenas historias y toneladas del mejor entretenimiento.

Superman: Brainiac. Verde y en botella... malo

Hace 35 años, Kandor era una próspera metrópoli kryptoniana cuya armonía y cotidianeidad se vió rota bruscamente por el repentino impacto de una serie de vainas metálicas. De su su interior surgen unos aterradores exoesqueletos metálicos para masacrar a la población de la ciudad, que poco puede hacer frente a ellos. El general Zod y su lugarteniente Ursa únicamente pueden ser impotentes testigos de cómo los robots generan una energía desconocida que rodea a la ciudad de un impenetrable campo de fuerza, para desaparecer bruscamente frente a sus atónitos e incrédulos ojos.





Los años han pasado y Kandor es un recuerdo vago para el que durante muchos años fuera el Último Kryptoniano, ahora plenamente inmerso en su vida como el periodista Clark Kent y como el defensor de la Tierra Superman. En esa dualidad, no siempre se lleva la peor parte Supes, y así Clark vive un día de perros en el Daily Planet con la incorporación de un grosero e insufrible periodista deportivo, Steve Lombard, y el regreso de una vieja conocida, la sensual y algo vanidosa Cat Grant, encargada de la sección de cotilleos -o sociedad del Planet-. Tras una reunión ajetreada, Clark se viste de rojo, amarillo y azul y marcha a detener el impacto de un meteorito, el cual para su sorpresa resulta ser un robot Brainiac al que destruye fácilmente, pero no antes de que un arpón metálico haya extraído una muestra genética de sangre kryptoniana y haya transmitido a las estrellas esa información.


Una transmisión desde un sistema lejano llama la atención de Superman, que acude a luchar contra otra invasión de Brainiacs metálicos. Ante sus ojos, se repite el mismo proceso vivido por su planeta natal, y un inerme Superman será conducido a bordo de la nave insignia del coluano Brainiac y aprisionado en una de sus vainas de información, mientras se prepara la invasión de la Tierra y la asimilación de una de sus ciudades más importantes. Cara a cara con uno de sus más peligrosos contrincantes, Superman y Supergirl tendrán que rendir más allá de sus poderes y debilidades para derrotar a un coste altísimo al coluano, un coste que alterará para siempre la leyenda del Hombre de Acero...


La saga de Brainiac, narrada de forma contenida en cinco capítulos publicados originalmente en los números 866 a 870 de Action Comics (en España 26 a 28 de Superman), es un arco argumental escrito por San Geoff Johns y dibujado por uno de sus mejores profetas, con permiso de Ivan Reis o George Perez, Gary Frank. La serie prosigue en su evolución natural de enfrentar a Superman a amenazas cada vez más letales que exigen un coste elevado al personaje y en su afán de recuperar conceptos y personajes del universo clásico de Superman con un afán de canonicidad y respeto por sus anteriores encarnaciones muy encomiable. Por un lado, el tratamiento de Brainiac es muy potente a nivel visual, empleando las dos formas que habitualmente suelen aparecer por separado -el exoesqueleto característico, todo un prodigio de diseño que destila maldad- y la forma original del villano en su encarnación coluana, en este caso más musculado e imponente de como lo recordaba-, y por otro, la historia de Kandor se imbrica a la perfección en la nueva temporada de aventuras de Superman que está siendo la etapa de Johns al frente de la colección. El cameo de Zod y Ursa da continuidad a la historia y un poco de sentido a las motivaciones del personaje, así como el impacto que produce a Supergirl encontrarse de nuevo con su ciudad, sus viejos amigos y sus familiares más queridos.



Además, lejos de encontrarnos con arcos argumentales compactos y cerrados, asistimos a las semillas directas de lo que vendrá inmediatamente a continuación, en un crescendo imparable de emoción y maravilla que Johns sabe manejar a la perfección y de lo que ya ha dado muestra más que cumplida en sus etapas de JSA o Green Lantern. Por otro lado, la sombra de Richard Donner es alargada, y Johns -creo- le sigue rindiendo homenaje creativo con algunas escenas directamente inspiradas en los Supermanes de Donner, como es el caso de la invasión de la oficina del Daily Planet o las conversaciones de Clark con su padre en la granja, llenas de melancolía y de esa sabiduría natural que impregna a los ancianos proporcionada por los años de experiencia y la serenidad que da la edad a la hora de recordar y asimilar todo lo pasado y vivido.





Por su parte, Gary Frank vuelve a dar un recital, un espectáculo pirotécnico, un festival emotivo, impactante y épico con un dibujo claro, narrativamente espectacular y que juega perfectamente con los tempos a la hora de planificar las escenas, pasando del detalle particular al drama general de forma natural y rompiendo con el ritmo cuando a él le conviene para enganchar todavía más al lector. Incluso las escenas mal llamadas de transición -esto es, las interactuaciones en el Planet o las visitas a la granja de los Kent- están impregnadas de un agradable todo de comedia de situación en el primero de los casos y de melancólica reminiscencia del pasado en el segundo de ellos.




La edición española incluye en el número 28 el Jimmy Olsen Special, un número dedicado en exclusiva a Jimmy Olsen y a una investigación emprendida por el joven periodista en solitario que le llevará a recordar su paso por el proyecto CADMUS y su amistad con la Legión de Repartidores de Periódico o con el alienígena Dubbilex, y el descubrimiento de una operación ultrasecreta a nivel desconocido que parece tener en mente la destrucción definitiva de Superman. El guión, de James Robinson, muestra un escritor que con cada aportación a la leyenda de Superman se va encontrando más cómodo y dando mejores muestras de su capacidad para recuperar viejos conceptos e integrarlos en nuevas y emocionantes historias y de su capacidad para dar una voz reconocible e interesante a muchos personajes considerados como secundarios pero que ofrecen un altísimo potencial. El dibujo, a tres manos (Jesús Merino, Leno Carvalho y Steve Scott) cumple a la hora de ofrecer una historia que podrían integrarse perfectamente dentro del universo Astro City por su evocación a medio camino entre la melancolía y la exaltación de viejos héroes, clones desaparecidos y villanos ominosos. De nuevo, una historia fundamental para el futuro inmediato de las colecciones de Superman que merece muy mucho la pena leer.

2 comentarios:

Pablo dijo...

No conocía el arco de Brainiac, pero le daremos una oportunidad.

Plissken dijo...

No creo que te arrepientas, Pablo, creo que es la última gran historia de Superman aparecida en arco regular. Luego se meterían en el berenjenal de Nuevo Krypton, y luego el nuevo Superman... En fin...

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